Ramos para pocas palmas

Mis de Ramos en la iglesia de Lalín.

Mis de Ramos en la iglesia de Lalín. / Bernabé

Ana Cela

Ana Cela

Hace años el Domingo de Ramos era un día de esos resaltados en rojo en el calendario. Familias enteras, más o menos practicantes, acudían a misa juntas y, en la medida de sus posibilidades, de punta en blanco. Las niñas aprovechaban para cambiar las botas por las merceditas y los niños, si la cosa se terciaba y el tiempo lo permitía, le recortaban unos centímetros al largo de sus pantalones. Era un día de fiesta, casi de tránsito entre la oscuridad del invierno y los meses de luz. La fecha sigue siendo señalada. Es un día en el que las iglesias se llenan, adornadas por ramos de palma y olivo que ansían ser regados por el agua bendita. Sin embargo, los tiempos no están para multitudes ni para mucha fiesta, aunque sea orquestada por el fervor religioso. En la era del COVID, los Ramos no están para muchas palmas.

Ramos para pocas palmas

Bendición de ramos en el exterior de la iglesia estradense. / Bernabé/Javier Lalín

Ni que decir tiene que nada tuvo que ver el Domingo de Ramos celebrado ayer con el vivido en 2020. Aunque el virus siga presente en el día a día y haya cancelado las procesiones de la Semana Santa en las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes, la vida salió al sol ayer, mientras que el año pasado tenía que estar en casa bajo el candado del confinamiento. Aun así, la prudencia de muchos animó a no acudir en masa a la celebración, como venía haciéndose hasta ahora. Aforos limitados en el interior de los templos y distancias de seguridad fueron la tónica dominante.

Ramos para pocas palmas

Bendición del agua con la que se rociaron los ramos. / Bernabé/Javier Lalín

En A Estrada el día de Ramos se acompaña desde hace años de una mayor solemnidad con la escenificación de la entrada de Jesucristo en Jerusalén a lomos de un asno. La bendición de los ramos suele hacerse en la Praza de Galicia y desde allí, los asistentes procesionan por la Rúa Don Nicolás hasta entrar al templo de San Paio por un pasillo de flores flanqueado por hojas de palma. La pandemia lo impidió todo. Sin embargo, el párroco, José Antonio Ortigueira, realizó la bendición solemne –la de las 12.30 horas– tanto al aire libre, en la Praza da Inmaculada, como en el interior de la iglesia. La asistencia, como cabía esperar, fue mucho más reducida. Para facilitar a los feligreses llevarse un ramo bendito a sus hogares, en la puerta del templo se dispusieron ramas de olivo para que quien quisiese pudiese servirse.

Ramos para pocas palmas

Gente cogiendo olivo en la puerta de la iglesia de A Estrada. / Bernabé/Javier Lalín

En Lalín, la celebración del Domingo de Ramos se vivió intramuros. El párroco, Marcos Torres, realizó la bendición de palmas y ramos de laurel y olivos en el interior de la iglesia parroquial, en una celebración concurrida pero en la que se guardaron las distancias de seguridad. A la celebración no faltó una representación del gobierno lalinense, comenzando por el alcalde, José Crespo, que se sentó junto a los ediles Nardo Seijas y María Álvarez Paz.

Ramos para pocas palmas

El párroco de Lalín, Marcos Torres, avanza bendiciendo ramos. / Bernabé

Aunque no puedan celebrarse las procesiones, los oficios de Semana Santa continúan estos días en las distintas parroquias de las comarcas. En A Estrada, mañana martes y el miércoles santo habrá misa rezada a las 20.00 horas con celebración comunitaria de la Penitencia a las 20.30. El jueves Santo habrá celebración solemne de la Cena del Señor a las 20.00, con Hora Santa hasta las 21.30. El Viernes Santo habrá Vía Crucis a las 12.00 y celebración solemne de la Muerte del Señor a las 20.00. El emblema de la Cofradía de la Santa Cruz, que procesiona habitualmente se día, luce engalanando la fachada de la iglesia

Ramos para pocas palmas

El alcalde de Lalín, en el centro, junto a dos de sus ediles. / Bernabé

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