Cangado, eterno en Prado

El Xoaquín Loriga recuerda a su profesor fallecido en febrero con la plantación de un árbol y bautiza al pabellón con su nombre

Un grupo de alumnos posa delante de la placa del pabellón y otro planta una sobreira.

Un grupo de alumnos posa delante de la placa del pabellón y otro planta una sobreira. / Alfonso Loño

El pasado 17 de febrero quedará marcado para siempre en la memoria de muchos dezanos que conocían al malogrado profesor José Manuel Cangado Muíño, que fallecía repentinamente a los 38 años. El lalinense era muy popular por haber militado en varios equipos de fútbol de la comarca y también muy querido entre la comunidad educativa del CEIP Xoaquín Loriga de Prado, donde ejercía como profesor de Educación Física.

El centro, donde Cangado dejó una huella imborrable, le rindió el lunes un homenaje en el que participaron los pequeños con los que a diario compartía algo más que su magisterio. El alumnado, entre los que están sus dos hijos, se dividió por grupos para cumplir con los protocolos sanitarios y, junto a los profesores, participaron en una jornada de juegos en el pabellón del centro que ahora lleva el nombre de su añorado profesor y en la placa se plasmó la siguiente inscripción: no deporte, como na vida; mellor en equipo. Se programaron actividades como gymcanas deportivas y otras propuestas como las que seguramente preparaba cada día Cangado para sus alumnos.

Cangado, eterno en Prado

Plantación de una sobreira en el exterior del centro. / Alfonso Loño

También en el exterior del recinto se plantó una sobreira, “símbolo del cariño y recuerdo, como elemento de vida y presencia de vivencias pasadas y futuras”. Al pie del árbol que recordará la impronta que dejó el lalinense en el centro fue colocada una placa con la composición poética de Díaz Castro: Herba pequerrechiña/que con medo sorrís/ó sol que vai nacendo/e morrendo sen ti,/por que de ser pequena/te me avergonzas ti?/O Universo sería/mais pequeno sen ti!

José Manuel, un habitual del Paseo do Pontiñas por su afición al atletismo, militó como futbolista en varios conjuntos como el Rodeiro, el Atlético Donramiro, el Atlético Gresande o el Silleda. Además, fue entrenador de los juveniles del Club Deportivo Lalín y de algunos de los equipos de la Escola de Fútbol Lalín.