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Soy leyenda

Rapa das Bestas y los vecinos de Sabucedo deciden aplazar la edición de 2020 - Nacida en tiempos de peste, ni la gripe española ni la Guerra Civil habían cancelado esta celebración

El primer fin de semana de julio no habrá curro en Sabucedo. // Bernabé/Juan Carlos Asorey

Su leyenda sitúa el origen de esta tradición en tiempos de peste. Su fortaleza la hizo mantenerse en pie pese al fuerte azote de la Gripe Española en 1918 y, más tarde, cuando la Guerra Civil reclutó a los hombres de la parroquia al frente, las mujeres, ancianos y niños de Sabucedo se encargaron de que no quedase un caballo sin rapar. Sin embargo, la Rapa das Bestas de Sabucedo se enfrenta en este 2020 a un nuevo desafío: un enemigo poderoso que no entiende de arraigo ni de arrojo, que devasta como un contrincante deshonesto que ataca por la espalda. Es por ello que ante este peligro hay que estar más prevenidos y preparados que nunca, de ahí que la Asociación Rapa das Bestas de Sabucedo anunciase ayer la decisión de posponer la edición de este año, prevista entre los días 3 y 6 del próximo mes de julio.

El colectivo que preside Paulo Vicente Monteagudo trasladó que sometió la resolución a una consulta con los vecinos. Tras ella, se decidió celebrar un nuevo encuentro en el mes de julio al que están convocados todos los habitantes de la parroquia para valorar la posibilidad de retomar los curros de esta temporada los días 15 y 16 de agosto, siempre y cuando la situación sanitaria derivada de la crisis del coronavirus permita hacerlo en condiciones de máxima seguridad.

La directiva propuso anular las fechas habituales -la Rapa das Bestas se celebra tradicionalmente el primer fin de semana de julio- porque considera que sería "muy precipitado e inviable para la preservación de la salud". Se decantan los de Sabucedo por adoptar un período de espera y dar tiempo suficiente para verificar la evolución de la pandemia y de las distintas fases de la desescalada. La propuesta fue aprobada de forma mayoritaria por la vecindad.

En el caso de que la parroquia opte por celebrar los curros los días 15 y 16 de agosto, la celebración estaría, lógicamente, condicionada por las autorizaciones de los responsables sanitarios y de las administraciones públicas. Tras subrayar los diversos avatares que superó esta secular tradición, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional en 2007, el equipo rector puso el acento en que ahora se enfrenta a "una nueva dificultad", que confía superar "atendiendo a la máxima que nos guía, que es el cuidado y amor a las bestas en el monte como miembros de nuestra comunidad y de nuestro modo de vida", apuntan.

En este contexto, aun conscientes de que la seguridad sanitaria y la preservación de la salud habrán de marcar cualquier decisión, la directiva considera que la edición de este 2020 de la mítica Rapa debería celebrarse, aunque sea en fechas alternativas. Sus motivos: "la importancia de mantener una tradición secular, por el imprescindible cuidado de los caballos y de su bienestar con las tareas de desparasitación y rapa de crines y por la necesidad de cumplir con los parámetros administrativos y legales de la identificación de las reses con respecto a las exigencias de las administraciones públicas o de la empresa aseguradora".

Tanto la directiva de Rapa das Bestas como los habitantes de Sabucedo quisieron aprovechar ayer la ocasión para expresar sus condolencias por todas las vidas que se ha cobrado el Covid-19. Seguidamente, trasladaron que el anuncio de aplazamiento de una fiesta con una repercusión mediática internacional será anunciado en la página web de la fiesta y en sus perfiles oficiales en distintas redes sociales, al objeto de evitar la presencia de público en la parroquia el primer fin de semana de julio, habida cuenta de que esta celebración acostumbra a congregar en cada una de sus ediciones entre 20.000 y 30.000 personas cada año.

Integrantes de Rapa das Bestas no dejaron de velar durante estas semanas de confinamiento por el bienestar de la célebre cabaña de O Santo. Uno de sus miembros recorrió recientemente a caballo los montes que conforman el hábitat de estos animales y pudo comprobar que las manadas se reúnen en las zonas desbrozadas por la asociación, confirmando su apuesta por estas tareas para garantizar la supervivencia de las bestas. La vida también se abre paso con la llegada de los nuevos potros. La intención de la asociación, tan pronto sea posible, pasa por retirar algunos machos dominantes -ejemplar conocido en Sabucedo como garañón- para ir introduciendo nuevos caballos que aseguren la llegada de fuertes descendientes y la concentración de las manadas, evitando su dispersión y la posible invasión de propiedades privadas.

La Rapa no se celebrará el primer fin de semana de julio. La salud es lo primero. El coronavirus consiguió lo que ni la gripe española ni la Guerra Civil lograron. Sin embargo, no todo está perdido. La fortaleza de esta tradición se encargará de recordar a esta pandemia tan pronto pueda que, aunque esta crisis sanitaria pasará a la historia, la Rapa es legendaria. Es leyenda viva.

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