Entre los innumerables vídeos que circulan estos días de confinamiento por las redes sociales y whats app hay uno que remata con las frases "¡Nadie atrás! ¡Nuestros mayores también vienen!". Son poco más de cuatro minutos con fotos que repasan el devenir vital de los más veteranos, culminadas con un texto que reclama su asistencia sanitaria, pero también social, en una crisis en la que ellos, los mayores, son el centro de la diana.
Y es que no hacía falta una pandemia para darnos cuenta de hasta qué punto tenemos una población envejecida y que, en muchos casos, vive sola, o con otras personas que hace tiempo que también superaron los 65 años. Los datos que vamos a ver se publicaron en el IGE el pasado diciembre y hacen referencia a 2018. La encuesta estructural de hogares indica que en el área nororiental del la provincia, esa que ocupan Deza y Tabeirós-Terra de Montes, hay 5.109 hogares unipersonales. Es cierto que la cifra cayó bastante desde 2008, cuando se contabilizaban 6.442. Pero también es verdad que esas más de 5.100 casas con solo un habitante son el 20% de todos los hogares de la zona, 24.925 en total. ¿Cuál es el hogar más común en estas tierras? Pues el de una pareja con hijos, o el de una familia monoparental. Hay, de éstos, 8.994 ejemplos.
Pero volvamos a los mayores que viven solos. Y decimos mayores porque las estadísticas dejan claro que la edad media de los hogares unipersonales es de 65,93 años, por encima de los 61,70 años de edad promedio a nivel provincial. Y si en diez años se habían reducido las viviendas con solo un residente, poco, muy poco, ha cambiado en cuanto a la edad de la persona que no comparte hogar, porque en 2008 su edad media estaba en los 65,54 años. Por entonces, a nivel provincial se movía en los 62,37.
En general, los gobiernos locales se están volcando con nuestros mayores que residen solos para llevarles a domicilio la compra o los medicamentos que precisan, para así evitarles cualquier riesgo de contagio. Pero no podemos olvidar que hay también personas jubiladas que a su vez están ejerciendo de cuidadores de sus parejas o incluso de sus progenitores, casi centenarios o de muy avanzada edad. Años atrás, durante unas Xornadas sobre Dinamización y Atención a los Mayores en Ourense, una de las ponencias desveló que el 84% de las personas que cuidan a un enfermo dependiente son mujeres mayores, ya jubiladas y que a veces incluso echan una mano con los nietos. Y en este punto, las estadísticas tampoco fallan: hay 5.109 hogares compuestos por solo una persona, sí, pero es que otros 6.707 acogen a miembros que tienen 65 años o más. En este caso, suponen el 26,01% de los hogares totales de las comarcas, y han subido en comparación a los datos de 2008, cuando se contabilizaban 6.419. Y la estampa a nivel provincial tampoco es muy halagüeña: en 2018 había en toda la provincia 74.806 casas con solo un miembro (casi 17.500 más que en 2008), y llegan a los 74.655 hogares compuestos por personas con 65 años o más. En 2008 eran 56.261.
La longevidad y las familias cada vez con menos hijos permiten jugar con un concepto, el índice de envejecimiento, que es la relación entre las personas de más de 64 años y las que tienen menos de 20, es decir, cuántos jubilados hay por cada 100 jóvenes que no rebasa la veintena. Sin salirnos del IGE, sus proyecciones de población para 2033, es decir, para dentro de 13 años, indica que en Deza ese índice será del 266,5%. O sea, casi tres pensionistas por un joven. Peor va a ser en Tabeirós-Terra de Montes, con un índice de sobreenvejecimiento de 313,7.
Y ahora que hablamos de hogares en los que sí reside más de una persona, también es conveniente ver cómo el mercado laboral coloca sobre los veteranos de la casa el sustento más importante del hogar. En Deza y Tabeirós-Montes, la edad media de la persona principal de sus hogares es de 57,13 años en el caso de los varones, y de 55,58 en el de las mujeres. En 2008, con la crisis económica aún en ciernes, la edad era inferior para el o la cabeza de familia: de 49,50 años para el hombre, de 54,98 para la mujer y, globalmente, de 51,46.
