Su cara no refleja la edad que asegura su carnet de identidad. Fue la primera en lanzarse a la pista de baile con su bisnieto Pablo, celebrando el hecho de tener a sus seres más queridos a su lado en el día en que celebraba sus 100 años de vida. Y no ha sido una vida fácil, aunque sí toda una muestra de que, en ocasiones, el trabajo puede convertirse en la mejor crema antiedad.
Nidia Vilas Santos es vecina de Gueifas, en la parroquia estradense de Agar. Tiene nueve hijos, 16 nietos y 18 bisnietos. Se ganó el pan con el sudor de su frente, trabajando toda la vida en la agricultura, yendo al jornal. Esta madre coraje sacó a sus nueve hijos -cinco varones y cuatro mujeres- adelante, cuidando también de su marido, que resultó mutilado en la Guerra Civil.
Nidia siempre fue avanzada a su tiempo y mostró a sus hijos la importancia de la corresponsabilidad en las tareas domésticas, enseñándolos desde muy pequeños a lavar y hacer la comida, sin que calase en ellos el mensaje de la época de que esas eran tareas solo reservadas a las mujeres.