-¿Echa de menos el fútbol?

-Por supuesto. Fue una época bonita en la que conocía a mucha gente interesante. Quizás el tema de las lesiones fue el punto negro que tengo ahí. A nivel personal lo pasé muy bien porque disfruté mucho. Yo jugaba de delantero, una posición muy agradecida.

-¿Qué piensa ahora viendo al Lalín en la Primera gallega después de jugar en Segunda B?

-Es una pena, la verdad. Después de tantos años jugando en Tercera División y en Segunda B, ves al club de tu pueblo en esa situación y te da mucha lástima. El fútbol, en general, a estos niveles se vino un poco abajo, la verdad.

-Me imagino que si entonces le dicen que el Lalín estaría donde está, no se lo creería.

-Ciertamente, no. En mi época hubo algún año que estuvimos luchando para no bajar a Preferente, pero fue algo puntual. En Tercera siempre se estuvo a un buen nivel y en Segunda B también hubo temporadas interesantes. Cuando estás ahí nunca piensas que el club puede llegar a esa situación. Desgraciadamente, no es el único ni tampoco será el último que pase por ese trance. En esto influyen muchos factores. En el caso del Lalín, el tema económico tuvo una influencia muy importante para llegar a dónde está en estos momentos. Es algo que está pasando en el deporte en general por desgracia. Como te decía, da mucha pena ver que esto sucede.