El Pazo de Bendoiro fue el lugar elegido para la celebración de la comida oficial de la fiesta, que, como durante el pasado mandato, fue de pago. En un ambiente distendido y con un cocido de Lalín delante cualquier sobremesa es mucho mejor si cabe. Porque no conviene perderlo de vista, el cerdo y el resto de alimentos que acompañan este menú es el origen de una fiesta que supera ya el medio siglo de vida. El comedor situado en la parte baja de la casona se quedó pequeño para acoger al gran número de comensales que participaron en el ágape.

Desde que Alberto Núñez Feijóo es presidente de la Xunta, tanto su intervención al final de la comida como las palabras del alcalde, José Crespo, son el colofón de un acto en el que el protocolo importa menos o casi nada. Antes de las palabras de ambos de y de la pregonera, Sonsoles Ónega, los tres cortaron una enorme tarta de fondant y chocolate que representaba la casa consistorial lalinense.

Crespo pidió clemencia a Feijóo, consiente de que solía aprovechar su discurso para lanzarle alguna pulla en clave humorística y que como el presidente cerraba las intervenciones él quedaba desprotegido y sin posibilidad de réplica. Además de poner en valor los méritos de cada uno de los nuevos comendadores, recordó que en el camino hacia la distinción internacional hubo capítulos cuando menos curiosos como el cocido en Buenos Aires. Indicó que la colectividad gallega le había pedido que hasta la capital argentina se llevase desde Lalín todos los productos del cerdo para preparar un menú en condiciones. "Les dije que alimentos de Europa no podían entrar y que nos los iban a decomisar en el aeropuerto... y así fue". Fue precisa la mediación del entonces presidente argentino Raúl Alfonsín para que, a través su ministro de Agricultura ordenase la recuperación de estos manjares y pudiesen ser servidos en el centro gallego. Al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, le advirtió que para la celebración del cocido en la capital el próximo año por la ONCE para 1.111 personas, le pediría alguna instalación municipal. Ahí quedaba claro que quien se compromete con Lalín, no tiene excusa para cumplir en aquello para lo que es requerido. Celebró que una vegetariana confesa como la actriz Benedicta Sánchez acudiese a una fiesta en la que se exaltan los valores gastronómicos de la carne. Otra anécdota tuvo al nutricionista Gregorio Varela como protagonista, pues Crespo le recordó que había manifestado que en un cocido se encontraban prácticamente todos los alimentos de la pirámide alimentaria. "Investiga, me dices en secreto cuál es el que falta; lo incorporamos y ya sabremos que el de Lalín es el único que lo cumple", bromeó. "Para 2021, estés donde estés, recuerda que vas a ser el pregonero del Cocido", trasladó a Feijóo el mandatario, quien recordó que había ofrecido este honor a todos los presidentes que pasaron por la Xunta.

"No sabía yo que me iba a casar dos veces en Galicia; hoy me caso con Lalín", manifestó Sonsoles Ónega, quien, agradecida y honrada por haber sido pregonera, dijo que traerá a sus hijos a comer cocido a la localidad.

Feijóo, por su parte, dijo que Crespo, tras conseguir la distinción internacional está ya maquinando la idea de "crear una champions league para estas fiestas y conseguir que el Cocido sea intergaláctico". "Nos veremos en el próximo Cocido, en 2021, que además es año santo Xacobeo", manifestó. Y bromeó en que en muchos años el pregonero podrá ser uno de los hijos de Ónega y que, entonces, Crespo todavía continuará como alcalde.