En la primavera de 2003 las ideas para la peatonalización parcial del centro de A Estrada se plasmaron sobre el papel. El aparcamiento desaparecía en las calles Peregrina y Ulla, mientras que para Calvo Sotelo, antes con estacionamiento a ambos lados, quedaban solo 12 plazas y un único sentido circulatorio. En septiembre de ese mismo año la maquinaria se puso en marcha. Tenía por delante cuatro fases para ir avanzando en la peatonalización parcial: Porta do Sol y Rúa Ulla; Calvo Sotelo desde el cruce con la calle Castelao hasta la intersección con Justo Martínez; de Justo Martínez hasta A Farola y, por último, la rúa Peregrina. Cada una de ellas debía incluir obra civil, instalación de la red de gas y alumbrado, árboles y mobiliario urbano.

Los cambios de rasante desaparecieron. Las aceras ganaron su batalla contra la calzada. Se ensancharon y se adornaron con bancos y árboles. Los contenedores pasaron a ser subterráneos, mejorando la estética de estas céntricas vías y el aparcamiento quedó finalmente limitado a zonas principalmente pesadas para las labores de carga y descarga. El 24 de junio de 2004 se procedió a inaugurar la semipeatonalización de Calvo Sotelo, Ulla y Peregrina.

Arrancaría así un proceso de humanización que se fue extendiendo a otras vías del casco urbano estradense, si bien la apuesta se quedó principalmente en peatonalizaciones parciales.