Lleva casi 50 años cortando el pelo en pleno centro de Rodeiro, donde tiene ubicada su barbería. Con casi 69 años, Antonio Vázquez atiende a su amplia clientela haciendo gala de un gracejo peculiar y luciendo camisetas de estrellas del rock como David Bowie.

-¿Lo de la barbería le viene de casta o es usted el primero?

-La verdad es que lo mío es un poco continuar con la tradición familiar porque mi padre también era muy aficionado a cortar el pelo, era de los que antes iban por las aldeas. Cuando fui algo mayor nos puso tanto a mi como al resto de mis hermanos a hacer nuestros primeros pinitos y, al final, un hermano y yo empezamos a dedicarnos a esto pero el resto prefirió otra cosa. Después me marché para una peluquería muy buena de Chantada, y ahí fue donde me convertí en profesional de este oficio.

-¿Por qué le gustó el trabajo?

-La verdad es que se puede decir que fue una evolución personal porque me inicié de la mano de mi padre y, como te digo, después me hice peluquero en Chantada. A raíz de eso empezó todo pero tengo que reconocer que es un trabajo que me gusta mucho. Las barberías son lugares muy especiales donde conoces a todo tipo de gente y aprendes a tratarlos. Estoy muy contento de haberme dedicado a esto.

-¿Le corta el pelo sólo a hombres o también a mujeres?

-Principalmente soy peluquero de hombre, y de niños también. De todas formas, alguna vez se lo tengo cortado a alguna mujer. Te puedo decir que tengo clientas que ahora son señoras mayores que empezaron a venir por aquí cuando eran más jóvenes. Date cuenta de que cuando yo empecé en Rodeiro no había ninguna peluquería de mujeres, así que alguna se acercaba por aquí para cortarlo. Te puedo decir que, aunque no eran muchas, a lo mejor unas diez o quince sí que pasaron por mis manos en esta barbería. Y ya digo que alguna estuvo haciéndolo durante toda su vida. En aquellos tiempos había mucha más gente en los pueblos. En Rodeiro casi llevo 49 años trabajando, así que ya te puedes imaginar a cuanta gente le corté el pelo en todo este tiempo.

-¿Es más fácil cortarle el pelo a los hombres que a las mujeres?

-Yo creo que es diferente. Normalmente, los hombres tienden a llevar el pelo corto y muy perfilado. Sin embargo, entre las mujeres es más normal que lo lleven largo y quizás sea más fácil acomodarlo que el de un hombre. Lo que pasa es que todo tiene su ciencia.

-Sin embargo, el hombre actual es más coqueto que el de hace años, ¿no está de acuerdo?

-Bueno, yo creo que no es para tanto. Recuerdo que en mis años de juventud estaba de moda llevar el pelo estilo Beatle, que era un corte con más trabajo que los que se hacen ahora en las barberías. Ahora ya ves que llevan cuatro pelos y mucha maquinita para arriba. Cuatro pelos engominados y ya le llaman un corte de pelo a eso. Antiguamente un corte de pelo de hombre tenía mucho más trabajo que los que se hacen ahora.

-¿Todavía existen clientes que piden un corte de pelo a navaja?

-Sí, yo trabajo aún bastante el corte a navaja. Era una de las modalidades del corte de pelo que tuvo mucho éxito hace años, pero todavía hay gente que te lo pide.

-¿Es cierto que los jóvenes de hoy imitan a futbolistas y estrellas del cine y la música con el pelo?

-Por supuesto. Los looks de cantantes y futbolistas son muy solicitados. Los chavales de 10 a 14 años son los que más te piden que les cortes el pelo como sus ídolos. Desde luego, si quieres estar al día te tienes que reciclar constantemente en esta profesión. Hoy se usa más la maquinilla que la navaja.

-¿Es cierto que utiliza agua de la fuente del pueblo? ¿Por qué la prefiere a la de la traída?

-Ahora estamos sin agua, pero es cierto que la uso. La de la fuente es más limpia e higiénica.

-¿Qué ha sido lo más raro que le pidieron sus clientes?

-Sin duda, lo que hablábamos antes de imitar el peinado de la gente famosa. De todas formas, la mayoría de mis clientes son muy clásicos y prefieren lo de toda la vida. Fíjate que incluso por aquí no hay muchos que se dejen la barba, y eso que estamos en un tiempo donde está de moda llevarla. En las aldeas no es práctico dejársela porque trabajando la tierra es más difícil cuidarla como se debe.