El monte viejo, ése lleno de maleza, no solo es ideal para el jabalí. Aunque prefiere vivir cerca de núcleos habitados porque así tiene asegurado el alimento que proporcionan los frutales, la avispa asiática también ha descubierto la bonanza de construir sus nidales entre las zarzas. "Sus hábitos están cambiando, porque si en 2017 el 90% de los nidos estaban en árboles a una altura considerable, el año pasado más de la mitad de los que encontramos estaban enterrados o entre las zarzas", explica el edil cerdedense José Luis Crujeiras, que atribuye este cambio de costumbres a una primavera más lluviosa de lo habitual. Esto explica los numerosos ataques de velutinas a personas que, desbrozadora en mano, se disponían a limpiar sus fincas. Crujeiras no descarta que vayan a más los nidos construidos a escasos metros del suelo, dado el progresivo abandono de la actividad agraria.

La Vespa velutina llegó a Galicia hace una década, pero el interior de la comunidad no comenzó a padecer sus consecuencias hasta hace unos cuatro años. Sus ataques a las colmenas de abejas autóctonas ya han reducido de forma considerable la producción de miel en la última temporada.