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Trabajar después de los 60

Más de 2.000 vecinos de las comarcas, el 10% de los activos, mantiene su actividad laboral por encima de esta edad -Solo 89 menores de 20 tienen empleo, cuando antes de la crisis eran 449

La construcción no acaba de absorber la mano de obra destruida en el sector por la crisis. // Bernabé/J.Lalín

Acercarse o superar la edad reglamentaria de jubilación no es sinónimo en muchos casos de abandonar un empleo para tomarse un descaso después de muchos años al pie del cañón. Necesidad o voluntad son los principales motivos para que muchos vecinos de Deza y Tabeirós-Montes sigan sosteniendo con sus cotizaciones sociales el llamado Estado del bienestar. En la actualidad son en torno a un 10% del total de trabajadores de los nueve municipios de las comarcas los que continúan afiliados a la Seguridad Social.

Los 2.011 registrados al término de la primera parte del presente año son, en proporción, casi los mismos que había cuando la crisis comenzó a azotar con fuerza en la zona. A mediados de 2008 eran 2.160, aunque entonces el censo de cotizantes absoluto era también mucho más elevado. Si nos ceñimos a lo que acontece ahora en relación al año pasado, son 70 personas de más de 60 años a mayores de las que entonces estaban trabajando. En el extremo opuesto a esta situación están aquellos jóvenes que desean acceder al mercado laboral a una temprana edad. Así, si antes del inicio de la crisis en las comarcas se contabilizaban exactamente 449 menores de 20 años con un puesto de trabajo, ahora este número ha descendido vertiginosamente hasta los solamente 89. En este caso la diferencia porcentual entre los activos menores de esta edad que había en 2008 y los que tributan según los datos del Ministerio de Hacienda son un más de un punto porcentual menos.

En los ayuntamientos de Deza y Tabeirós se contabilizaban hace ahora ocho años un total de 28.000 cotizantes a la Seguridad Social. Si atendemos a los datos de afiliación del mes de junio del presente ejercicio, en función del lugar de empadronamiento del trabajador, ahora este registro ha caído hasta los 20.329. Es decir, en estos ocho años en las comarcas hay 7.771 cotizantes menos. Pese a que los últimos datos de afiliación indican que la tendencia ha comenzado a revertirse, los tiempos más duros de la crisis y de la destrucción de empleo propiciaron un escenario del que se resintió notablemente la sociedad de la zona.

Si retomamos las referencias de los ciudadanos activos en relación a estas dos franjas de edad por municipios hay que indicar que en Lalín hace ocho años había 160 menores de 20 años trabajando, mientras que ahora son solo 29. De los 595 de más de 60 se pasó a 563. En Silleda estaban dentro del mercado laboral antes de la crisis económica 47 chavales y ahora son 16. Los que se acercan a la edad de jubilación o incluso la superan pero permanecen activos son más en la actualidad, aumentando el censo de 311 a 313. En los mismos parámetros se muestra Vila de Cruces. En junio constaban solo 4 vecinos de menos de 20 años con empleo, frente a los 29 de entonces. Los de mayor edad eran 149 y pasaron a 169. En el caso de Rodeiro las cifras se ajustan más en los trabajadores que al menos tienen 60 años y siguen activos, pues los 116 actuales son solo cuatro menos. En la otra franja de edad se pasó de un censo de 23 personas a solo 6. Más diferencias hay en Agolada, pues de los 21 cotizantes menores de 20 años se bajó a solo uno. En el otro caso eran 65 y ahora, una docena más. En Dozón hay un solo menor de 20 años trabajando -antes había 5- y de más de 60 son 49, cinco menos. De los 144 menores de 20 años estradenses activos se pasó a solo 24. Y de 667 a 582, respectivamente. De la quincena de jóvenes contabilizados en Forcarei el censo cayó hasta los 6. Y en Cerdedo, de cinco a dos. De más de 60 años en Forcarei menguó el registro de 143 a 94 y en Cerdedo, de 55 a 48.

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