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Un riesgo latente y olvidado en Dozón

Cientos de sacos con restos plásticos se acumulan desde hace años en el polígono

Sacos acumulados en el punto de mayor concentración, dentro del polígono industrial de Dozón. // Bernabé/Javier Lalín

Como si de una nave más se tratase, cientos de sacos con restos de cable picado se acumulan desde hace casi diez años en varias parcelas del parque industrial de Dozón. Contenedores de tela para restos triturados de caucho que campan a sus anchas en el polígono y que cada vez ganan más espacio. El paso del tiempo ha echo mella en los envoltorios que comenzaron a desquebrajarse derramando parte de la carga.

Depositados en dos zonas separadas estos residuos han permanecido durante años ante la impasibilidad del gobierno local y las críticas de la oposición. Un riesgo latente y olvidado. Una acumulación sustancial de caucho que supone una amenaza para el medio ambiente como, en numerosas ocasiones, ha alertado el BNG. Las primeras alarmas llegaron con el deterioro de los sacos al quedar los restos directamente en la tierra por lo que incidían en que pudiesen filtrarse también a manantiales subterráneos provocando la contaminación de acuíferos. Una posibilidad que personal de Medio Ambiente descartó en un principio.

Pero la acumulación de esta cantidad de material plástico también activa las alertas ante el riesgo de pueda producirse un incendio, en un momento en el que está aún presente el fuego producido en el cementerio de neumáticos de Seseña (Toledo) que continúa activo 20 días después de que se iniciaran las llamas. Una situación ante la cual también podría verse afectado directamente el núcleo más próximo de O Castro, por la contaminación del aire -como ha ocurrido precisamente en el incendio de Seseña-. Cabe destacar, asimismo, que los vertidos se encuentran también a escasa distancia de la autovía AG-53 que comunica las ciudades de Ourense y Santiago.

La nula actividad productiva del parque empresarial, con solo tres edificaciones que además permanecen cerradas por distintas razones, motiva que los restos pasen más desapercibidos en el día a día de los vecinos. No tanto para los peregrinos que optan por realizar el Camino de Santiago por la Vía de la Plata, que transcurre por Dozón, donde muchos precisamente deciden pernoctar. Apenas a un par de kilómetros del albergue la ruta transcurre justo por las proximidades de una de las parcelas en las que se apilan los sacos y que invaden ya las aceras del polígono.

El cruce de acusaciones entre el Concello y los propietarios de las parcelas han dilatado la retirada de los residuos. Sin que tampoco se hayan visto apremiadas por las visitas de personal de la Consellería de Medio Ambiente después de que el BNG elevara la cuestión al Parlamento. El gobierno anunciaba en octubre de 2014, en un pleno, que los propietarios habían comunicado al Concello su intención de retirar los sacos pero por el momento, casi dos años después los residuos permanecen inamovibles en el polígono industrial.

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