La Ponte dos Cabalos, uno de los iconos del patrimonio dezano, asentada sobre el río Arnego, acusa desde hace años deficiencias en su estructura que amenazan su conservación. Una brecha en uno de los arcos entre los sillares y la falta de varias piezas en la base de otro de los puntos de apoyo del puente provocaron que ya hace seis años saltaran las alarmas y que ahora se reactivara nuevamente, tras este período de inmobilismo.
Pese a que en aquel momento los concellos de Lalín y Agolada solicitaran la colaboración de la Xunta para atajar estas deficiencias, desde la consellería de Cultura se amparan en el marco jurídico que define las competencias a la hora de actuar en esta infraestructura. Es decir, debe ser el propietario quien asuma la reparación. En el caso de los puentes, son las administraciones responsables de dicha vía las que deben acometer las mejoras. Así, para la consellería, las reparaciones en Ponte dos Cabalos competen a las administraciones locales que son a la par responsables de esta vía. Las responsabilidades estarían, además, compartidas puesto que el puente, datado de 970, comunica las parroquias de Parada (Lalín) y Gurgueiro (Agolada).
En la actualidad, el acceso desde Lalín se encuentra desbrozado. Precisamente, en días pasados una ruta de senderismo impulsada desde el Concello, accedía hasta la zona para que los participantes conociesen este enclave. Al margen de la propuesta conjunta impulsada hace más de seis años por los concellos de Lalín y Agolada para reclamar la intervención de la consellería, la administración agoladense cubrió de zahorra el paso y se ensanchó, lo que motivó el acceso tanto de quads como de todoterrenos. En su momento, incluso se barajó la posibilidad de restringir el paso de este tipo de vehículos, una propuesta que no llegó a hacerse efectiva. Ante la concreción de la postura de la consellería para con este puente, parece que su conservación queda en manos de las dos administraciones locales.
