Tanto el río Pontiñas como el paseo que lo bordea durante varios kilómetros son zonas de la localidad lalinense que, por su envergadura, cuentan con ciertas dificultades para su limpieza, pero en ocasiones este entorno padece en exceso los efectos de la basura.

Además de la suciedad que se estanca en el río, el paseo peatonal cuenta en ocasiones con bastantes residuos, como cartones que se colocan fuera de las papeleras, restos de latas y otros materiales de desecho. Además, el mobiliario urbano a veces se presenta deteriorado, aunque ello no impide que sea bastante utilizado por los lalinenses.