La élite gallega afina su éxito en Pontevedra

Un total de 23 victorias individuales, 28 podios y 21 triunfos por equipos, convirtieron 2023 en la mejor temporada en los más de 60 años de trayectoria del Club Ciclista Padronés, comercialmente conocido como Equipo Cortizo. Su botín de éxitos, que llevó a la formación a ser el mejor equipo no profesional del país, fue posible con la ayuda del Laboratorio de Rendimiento Deportivo, Condición Física y Bienestar de la Facultade de Ciencias daEducación e doDeporte, que se encargó de realizar una serie de evaluaciones del rendimiento de los ciclistas y de prestar apoyo en la planificación de sus entrenamientos.

Dirigida a identificar áreas de mejora y definir pautas específicas para cada ciclista, esta línea de trabajo continúa en este 2024 con los cerca de veinte ciclistas élite y sub-23 del club padronés, que en estas semanas se someten en la facultad a las primeras evaluaciones de la temporada.

“Nuestro objetivo era mejorar el rendimiento de los ciclistas”, destaca el responsable de este laboratorio, Óscar García. Los resultados alcanzados por el Cortizo a lo largo de 2023, en el que nueve ciclistas diferentes lograron cuando menos una victoria de etapa, hacen que para esta nueva temporada “las expectativas sean mucho más altas”, reconoce el también decano de Ciencias da Educación e do Deporte.

En ese sentido, el trabajo estará dirigido “a que cada ciclista pueda rendir mejor que el año anterior, ya que ganar o no ganar depende de muchos factores”, subraya. Esta progresión, recuerda, se vio también refrendada por el paso a profesionales de varios de los deportistas, como el fichaje de tres ciclistas del club por el Burgos BH.

“Este año el equipo es mucho más nuevo que el año pasado”, añade el preparador físico del equipo y exalumno de la facultad, José Abalo, que incide en que el Equipo Cortizo asume en este 2024 una “apuesta arriesgada por la juventud y la formación”.

En estas semanas, cerca de una veintena de ciclistas de las categorías élite y sub-23 se someten en la facultad pontevedresa a un conjunto de pruebas dirigidas a evaluar “diferentes parámetros del rendimiento como el consumo máximo de oxígeno, los umbrales ventilatorios, la potencia del pedaleo nos hitos fisiológicos, la fuerza, la movilidad articular, el control postural o las asimetrías laterales y funcionales”, así como a una prueba cardiológica previa. “Algunas las modificamos del que fuimos aprendiendo el año pasado”, explica García, que explica por ejemplo que el grupo mudó uno de los protocolos de evaluación empleados para centrarlo “en la musculatura isquiosural, porque nos dimos cuenta de que es un punto endeble en el pedaleo del 90% de los ciclistas”.

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