Final amargo para un Pontevedra roto

Décima derrota consecutiva de los granates a domicilio ante un Badajoz sin mucha calidad - Las mejores ocasiones, obra de Álex González y Rufo - El equipo de Señor no vence fuera de casa desde diciembre

Miguel Román pugna por el balón con un rival en el encuentro de ayer disputado en el Nuevo Vivero de Badajoz.

Miguel Román pugna por el balón con un rival en el encuentro de ayer disputado en el Nuevo Vivero de Badajoz. / Área 11

Área 11

Última salida y última derrota de una temporada para olvidar. El Badajoz se la jugaba y apretó y dominó mucho más ante un Pontevedra que se defendió con orden pero que apenas llegó a crear peligro, sin moral ni fe en su juego. Una pifia de Cortés, que antes había sellado varias intervenciones de mucho mérito, regalaba el gol a Francis Ferrón cuando el encuentro ya encaraba la recta final. Una derrota digna pero con un feo colofón, con un pique absurdo entre los dos banquillos ya en el añadido y con un Borja Domínguez desatado y fuera de sí. Alguien se iría de la boca, pero la cuestión es que el Pontevedra regresa de vacío, con ganas de acabar de una vez una temporada para olvidar.

A pesar del anuncio inicial de un sorpresivo 3-3-3-1, al final Masogo se acopló junto a Derik como central, llegando apenas a los tres minutos la primera ocasión clara, y doble, del Badajoz. El disparo raso de Adilson lo salvaba Cortés con una manopla sensacional, quedando el balón muerto para el remate a bocajarro de Calderón obligando a una nueva intervención del meta lerezano. Se notaba, y mucho, la diferencia de intensidad en unos y otros. El Badajoz asediaba con oportunidades como un testarazo de Juanmi a la salida de un córner o un disparo cruzado de David Soto con idéntica respuesta granate, la buena intervención de Álvaro Cortés. Tras estos primeros siete minutos de acoso absoluto, los de Juan Señor pudieron enfriar un poco el encuentro con posesiones largas, pero sin asomarse apenas por las inmediaciones del joven meta extremeño Miguel Narváez.

Los nervios comenzaban a campar desde la óptica local, tanto en el campo con errores en pases sencillos como en el graderío, al que el arranque ciclónico de los de Tenorio había ilusionado. Los lerezanos igualaban la batalla en la zona ancha del campo y buscaban las incursiones de Álex González por izquierda como vía de acceso al riesgo.

Los de Juan Señor apenas cruzaban el centro del campo con la pelota en su poder, hasta que a la hora de juego Brais Abelenda recibía un buen pase en profundidad pero se escoraba demasiado en su carrera, perdiendo los lerezanos una buena oportunidad de generar al menos una ocasión clara. La tenía el Badajoz en un fallo en la salida de pelota, mal pase del meta Cortés, cayéndole la pelota en la frontal del área a Gorka Santamaría. Su zapatazo se perdía por encima del travesaño con la defensa granate muy descolocada.

Pero el Pontevedra se volvía a asomar cuando Libasse Gueye, nada más suplir a Charles, probaba con un zurdazo desde lejos que se estampaba en el rostro del zaguero Borja García. Poco después, una buena dejada de Álex no la aprovechaba Brais al conectar de manera muy defectuosa en un nuevo intento visitante.

El Badajoz volvía a apretar las tuercas al encuentro llegando y presionando, hasta que en un envío en largo sin aparente peligro ya que Cortés llegaba con mucha ventaja, el meta se resbaló, no pudo atrapar el cuero y la fe de Francis Ferrón le hizo seguir la jugada, recoger el regalo y anotar a puerta vacía el uno a cero.

Con el marcador en contra trataba de estirarse el Pontevedra, pero faltaba fe, faltaba fútbol, faltaba todo lo que ha provocado el descenso de los granates. Francis Ferrón a diez minutos del final enviaba fuera lo que pudo ser la sentencia pacense. Un buen centro de Borja Domínguez lo conectaba Rufo en su primer balón, un potente cabezazo que se perdía a la derecha del marco extremeño.

Ya en el noventa, el centro de Zelu en el ataque local por la derecha lo remataba de cabeza desmarcado en el segundo palo Borja, incorporado a la ofensiva, yendo el esférico a estrellarse en el travesaño en lo que pudo ser el dos a cero. Con unos lamentables incidentes entre los dos banquillos se acababa el último encuentro a domicilio del Pontevedra en esta campaña.

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