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Ceuta pone fin al maleficio a domicilio

- El Pontevedra logra su primera victoria fuera de casa ante el colista, que se adelantó al minuto de juego - El tanto de Charles lo convierte en el máximo goleador histórico del equipo en Liga y Copa, con 84 goles

Churre controla un balón ante Adri Cuevas, delantero del Ceuta. ÁREA 11

Una convincente segunda mitad del Pontevedra le sirve para sumar una primera y fundamental victoria lejos de Pasarón. Son 14 ya los puntos en el casillero de los de Antonio Fernández gracias a las dianas del eterno Charles en el primer balón que tocaba, y de Alberto Rubio. El Ceuta se había adelantado en la primera jugada de la matinal, tanto de Adri Cuevas, pero la expulsión del delantero Rodri Ríos en los minutos finales del primer periodo fue una losa demasiado pesada para los caballas. Los lerezanos supieron imponer su superioridad numérica y táctica en un segundo periodo que alimenta las esperanzas en un bloque que sabe jugar y muy bien al fútbol.

Peor inicio imposible para el Pontevedra, que sin haber tocado la pelota y estaba por detrás en el marcador. A los 43 segundos de juego, Adri Cuevas cazaba en área chica el centro raso de Rodri Ríos tras una gran jugada de Ñito González para poner el uno a cero. Un mazazo tremendo para los de Antonio Fernández.

Poco a poco trataba de carburar el conjunto lerezano, volcando casi siempre sus ofensivas por el costado derecho con unos muy activos Seoane y Alberto Rubio. A la media hora, el acoso granate era constante y una jugada bien llevada de lado a lado la finalizaba Borja en el balcón del área con un zurdazo que se perdía alto. Aceleraba el juego el Pontevedra, tocando bien y cada vez más rápido para burlar la presión ceutí.

Los granates querían pero no podían y les costaba mucho, pero a los 38 minutos llegaba una jugada decisiva cuando una dura entrada de Rodri en la medular sobre Román con la plancha en alto merecía la roja directa. Muchas protestas en el Murube, pero el Ceuta se quedaba con un hombre menos y el partido tardaba en reanudarse tras expulsar el trencilla al delegado caballa.

Comenzaba la segunda parte con un cambio que era toda una declaración de intenciones, Charles al campo por el central Churre, y el relevo tuvo efecto inmediato para los lerezanos. La primera jugada ofensiva del Pontevedra llegaba a pies de Brais Abelenda y su centro raso lo enganchaba en el segundo palo el recién entrado y veteranísimo ariete para empatar en un remate complicado pero perfecto. Su primer balón, y a la jaula.

Rubio probaba a renglón seguido pero abusando de la individualidad, su apuesta se perdía por encima del travesaño del marco de Leandro. Estaban volcado el Pontevedra y otra gran jugada de ataque entre Bastos y Brais en el perfil zurdo acababa en centro, mal despeje de la defensa local y Alberto Rubio aprovechaba la parálisis de la defensa caballa para empalmar a placer y desde cerca el gol de la remontada momentánea.

Movían sus piezas los dos técnicos pero la dinámica no variaba, un control casi absoluto de un Pontevedra que quería poner la práctica sentencia con el 1-3. Yelko Pino, recién entrado, la tenía desde la frontal y después el chut raso de Álex González se iba fuera por poco.

A los 68 minutos tuvo el Ceuta su primera llegada del segundo tiempo en un balón en largo sobre Pablo, cuyo centro raso lo remataba en carrera Liberto Beltrán saliendo el esférico alto, muy clara la oportunidad para los de José Juan Romero, que pese a estar con diez apretaban el acelerador en busca al menos del tanto del empate a dos. Llegaba un nuevo susto para Cacharrón en una falta en el borde del área, pero el disparo local se perdía por arriba.

No se podían confiar los de Antonio Fernández, y en una contra volvían a desperdiciar la opción de sentenciar, con un chut raso muy flojo de Martín Diz en la frontal, un regalo para el meta Leandro.Adelantaba líneas la AD Ceuta la desesperada y Yelko la volvía a tener en un disparo que se perdía alto. Muchos nervios en el Murube y en el cuarto minuto de prolongación, el chut de Charles en carrera lo salvaban entre Leandro y el travesaño como aliado. No hizo falta ese gol postrero ya que los puntos cogen el camino de Pontevedra.

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