Mantener el dominio como local, volviendo a convertir Pasarón en el fortín que fue la temporada pasada (solo un partido perdido en todo el año), será de nuevo el objetivo del Pontevedra en la liga 2019-2020. Luismi es consciente de que los buenos resultados en el campo de O Burgo fueron claves el curso pasado, pero también confía en mejorar a domicilio, toda una asignatura pendiente para sus jugadores, de cara a pelear por el objetivo del play off.

Conseguir buenos resultados a domicilio es cada vez más complicado, pues los equipos conocen a la perfección los defectos y las virtudes de sus terrenos de juego y saben aprovecharlos en su beneficio, además de contar con el factor humano de la afición. Campos grandes y con buenas condiciones para jugar al fútbol, pero también escenarios menos cómodos, con césped artificial y poco espacio entre la banda y la grada, será lo que se encontrarán los hombres de Luismi por la geografía española.

Los granates empezaron el pasado sábado con buen pie, ganando al Coruxo en Pasarón y sin encajar gol, pero en la segunda jornada tendrán ya su primer desplazamiento, y no será nada fácil, pues toca otro derbi, contra el Racing de Ferrol, con el que hay una fuerte rivalidad. A partir de las 20.00 horas rodará el balón en A Malata, uno de los campos de mayor aforo del grupo I, junto a Pasarón y el del Melilla, los tres con alrededor de 12.000 localidades. El estadio departamental, sin embargo, no da tanta sensación de presión como la que puede dar el propio Pasarón porque las gradas, sobre todo las de los fondos, no están tan pegadas al césped.

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La siguiente salida del Pontevedra será a un escenario nuevo: Can Misses, en Ibiza. Con capacidad para unos 4.500 espectadores y de hierba sintética de tercera generación (aunque están peleando por cambiarla por natural), la temporada pasada al equipo balear le costó arrancar como local, con tres derrotas en los cuatro primeros partidos en casa, pero después cogió ritmo y acabó encadenando los doce últimos sin ceder, ganando a algunos de los favoritos del grupo 4.

Tras Ibiza, al cuadro granate le tocará visitar Oviedo. El filial vetusto juega en un campo de O Requexón de césped artificial (en el que también entrena el primer equipo) con aforo para unas 3.000 personas. Después el Pontevedra jugará en uno de los campos más modernos de la categoría, el Alfredo Di Estéfano del Real Madrid Castilla, de césped artificial y capacidad para unas 8.000 personas. Los de Luismi ganaron 0-1 en el último partido de la pasada liga.

El siguiente desplazamiento será cerca, a Vigo, para medirse al Celta B en un campo de Barreiro que el Pontevedra conoce bien; es pequeño (caben unos 2.500 espectadores), pero está en muy buenas condiciones. Tras el derbi, nuevo viaje a la capital, esta vez para enfrentarse al recién ascendido Las Rozas en Navalcarbón, un escenario que se le atragantó al Real Madrid Castilla en la primera jornada de liga (1-1) por sus dimensiones ajustadas y su césped artificial. Tiene capacidad para unas 3.000 personas.

En la siguiente jornada fuera de casa, a los granates les toca volver a las Islas Baleares para medirse a otro recién ascendido, el Peña Deportiva. El Municipal de Santa Eulalia del Río es de césped artificial y tiene dimensiones algo reducidas, con capacidad para 1.500 personas.

De una isla a otra irá el Pontevedra, que después de Baleares visitará el complicado Anexo de Gran Canaria, de hierba sintética y dimensiones reducidas, en el que juega un Las Palmas B que ya dio la sorpresa en la primera jornada al ganar al Ibiza (3-2).

También de hierba sintética (y con aforo para 2.000 personas) es el Matapiñonera, del San Sebastián de los Reyes, donde los granates perdieron 2-1 la temporada pasada. Mejores recuerdos tendrán de las buenas condiciones de O Vao, de césped natural y con capacidad para algo más de un millar de espectadores, donde ganaron al Coruxo 0-1.

Después, primera salida a Asturias para medirse al Sporting de Gijón B en unas instalaciones en buen estado como son las de Mareo. El campo Pepe Ortiz cuenta con césped artificial y aforo para unas 3.000 personas. Tras este viaje, último avión a las islas para medirse al Atlético Baleares en un complicado Son Malferit de césped artificial y capacidad para unos 1.200 espectadores.

La siguiente salida será a la capital, para medirse al Atlético de Madrid B en el Cerro del Espino (donde también jugará contra el Rayo Majadahonda en la penúltima jornada). Con césped natural y aforo para casi 4.000 personas, es uno de los mejores escenarios del grupo. Y posteriormente, segundo viaje seguido a Madrid, esta vez para enfrentarse al Getafe B en la Ciudad Deportiva.

Tras el paso por la capital, los granates jugarán en uno de los mejores estadios del grupo I, el Álvares Claro del Melilla, con capacidad para unas 12.000 personas. Después, nueva salida a Asturias para medirse al Marino de Luanco en Miramar, de césped natural y aforo para más de 3.000 espectadores. El siguiente viaje será a la localidad también asturiana de Langreo, para jugar en el Nuevo Ganzábal, de hierba artificial y con aforo para más de 4.000 personas.

En la penúltima jornada, el Pontevedra visitar al Rayo Majadahonda en el Cerrodel Espino y la primera vuelta se cerrará en Madrid, contra el Internacional.