"Después de nueve años aquí, me quiero ir por la puerta de delante, no estoy dispuesto a irme por la de detrás". Así de claro se mostró ayer Carlos García en su despedida del Teucro. El extremo de Carballo, cuya primera opción de futuro es volver a casa y disfrutar del balonmano y del deporte a un nivel menos profesional que Asobal, estuvo acompañado de familiares, amigos, algunos de sus compañeros de vestuario y su último entrenador, Quique Domínguez. "Esta es la parte del balonmano que más me llena: todos los amigos que dejo", comentó.

Visiblemente emocionado, aguantando las lágrimas en muchas ocasiones, Carlos solo tuvo buenas palabras para el Teucro, sus compañeros y sus entrenadores. "Me voy muy orgulloso y muy contento. He vivido momentos muy bonitos en este club, sobre todo estas últimas temporadas en Asobal. Con toda la humildad del mundo, después de todo lo que he hecho por el equipo, creo que me merezco este homenaje. Me he partido la cara por este club", afirmó el extremo, que se dirigió especialmente a Quique Domínguez, del que dijo que "confiaba en mí a ciegas. Es el entrenador con el que más valorado me he sentido".

El ya excapitán del Teucro señaló que "a día de hoy no tengo oferta de renovación", algo que admitió que "me ha sorprendido" y que ha sido uno de los detonantes para que tomara la decisión de no esperar más por el club pontevedrés.

Llamó la atención que en su despedida no le acompañase ningún miembro de la directiva, algo que el propio Carlos justificó diciendo que les transmitió que iba a ser claro y honesto y que a lo mejor les incomodaba alguna pregunta de la prensa.

El extremo se ha sentido "una pieza prescindible. No soy una prioridad, han decidido invertir en otros puntos". Según adelantó FARO hace menos de una semana, los motivos que da oficialmente el club para no ofrecer la renovación al capitán eran presupuestarios. "No sé si no dieron las cuentas, no sé cómo fue la situación", confesó el jugador de Carballo, que admitió ciertas "discrepancias" con la directiva al respecto.

Carlos señaló también que Luis Montes, actual técnico del primer equipo teucrista, le transmitió al término de la temporada que contaba con él. "Teníamos un acuerdo que finalmente no se ha hecho efectivo. Luis ha sido claro conmigo a medida que pasaban las semanas. También es cierto que no sabía si me iba a retirar o no", explicó el ya exjugador azul.

El extremo de Carballo también se acordó de la afición en su despedida. "Me he sentido muy querido y valorado, y mi familia también", afirmó visiblemente emocionado.