El Pontevedra despidió ayer la pretemporada con un derbi lerezano ante el conjunto vecino de la parroquia de Marcón, el Marcón Atlético. Los granates vencieron con comodidad por 0-2 en un partido en el que se notó el salto de categoría y que dominaron de principio a fin. Los de O Carrasco solo consiguieorn hacer daño en algún contragolpe. Luisito volvió a probar una vez más con el esquema de tres centrales ya visto durante varios ensayos esta pretemporada.

El choque arrancó ya con una buena oportunidad por banda derecha en las botas del juvenil Juan, cuyo centro cerrado se fue envenenando para acabar forzando el córner. El Pontevedra dominó los primero 45 minutos, teniendo mucho más la pelota que el Marcón pero sin generar peligro a partir de tres cuartos de campo.

Los granates inquietaban las inmediaciones de la portería de José a través de balones largos a la espalda de la defensa aprovechando la velocidad en punta de hombres como Añón o Lezcano. El balón parado fue también un recurso importante de la primera parte, los saques de esquina puestos en juego por Prosi llevaban siempre peligro pese a la bien plantada defensa local en estrategia.

Precisamente en una jugada a balón parado llegó el primer tanto del partido. Mouriño envió al fondo de la red una falta directa ajustándola al palo largo del portero y superando magistralmente la barrera para hacer el 0-1 a los 20 minutos de partido.

La respuesta del Marcón no se hizo esperar y tan solo dos minutos después un error defensivo de Mongil a punto estuvo de costarle el gol a los de Luisito. Martín se plantó solo delante de Anxo aprovechándose de las facilidades de la defensa pontevedresa pero el ex guardameta del Fabril volvió a estar providencial en el uno para uno una vez más, demostrando nuevamente esta pretemporada que es un cancerbero con notables habilidades en el hombre contra hombre.

A partir de ahí el choque cayó en un unos instantes de sopor en los que el Pontevedra quería pero no podía generar peligro a excepción de en algún disparo lejano y se mostraba impreciso en el pase en campo rival. Pese a todo, los de Pasarón todavía se pudieron ir al vestuario con una renta mayor en un mano a mano de Lezcano tras pase en profundidad que José tocó lo justo para desviar a córner. Para acabar la primera parte, el Marcón rozó el empate a través de una falta lejana que nadie alcanzó a tocar y que rebotó en el área sin que nadie la tocase para marcharse fuera por poco.

Para la segunda mitad Luisito introdujo en el campo ya desde el inicio a Bruno y a Carlos Ramos pero sin alterar el sistema. El equipo que entrena Borja Burgos, acumulaba muchos hombres atrás para impedir que el Pontevedra circulase el balón en las inmediaciones del área rival y dejando muy pocos espacios para el ataque.

Aun así, el Pontevedra tuvo sus opciones de ampliar el resultado. Primero con un remate de cabeza de David Castro en un saque de esquina y después en una buena jugada personal de David Añón dentro del área que obligó a intervenir a José.

Al filo de la hora de juego llegó el segundo y definitivo tanto del encuentro. Carlos Ramos fue el autor del mismo, remachando a gol un balón suelto dentro del área al no ser capaz el meta del Marcón de blocar un disparo lejano.

Mientras Anxo permanecía inédito, el Pontevedra era quien estaba volcado arriba buscando ampliar distancias pero, bien José bajo palos, o bien la falta de puntería de los delanteros no permitieron que el marcador fuese mucho más abultado.

En el tramo final Luisito dio entrada a Adrián León y Etxániz y rompió su esquema táctico de tres centrales para acabar los últimos 20 minutos de juego con un 4-3-1-2 en el que probó con Carlos Ramos y con Mouriño como interiores improvisados. Una vez el equipo se acostumbró a esta nueva disposición táctica las ocasiones empezaron a llegar y en los últimos cinco minutos del encuentro el Pontevedra dispuso de hasta tres oportunidades claras para hacer el tercero.