El Marín Peixegalego se cansó de remar ante el Clavijo para acabar muriendo en la orilla. Los de Javi Llorente consiguieron remontar en el último cuarto una desventaja de diez puntos y acabaron finalmente mordiendo el polvo en la prórroga al no aprovechar el último ataque del tiempo reglamentario para llevarse el choque.

Comenzaron muy enchufados los dos equipos, conscientes de lo mucho que ayer había en juego en el Palacio de los Deportes de Logroño y minimizando al máximo sus errores en los primeros compases del primer cuarto.

El equipo local consiguió pronto un tímido colchón de puntos en las primeras jugadas para ser los que dominaban en el electrónico desde bien temprano. El Clavijo dio un último estirón a dos minutos del final del primer cuarto cuando estaba a un punto de diferencia (17-16) para marcharse con ventaja de cinco puntos al segundo periodo.

El dominio riojano se extendió en los primeros compases de los segundos 10 minutos, y el Clavijo consiguió estirar su ventaja hasta un máximo de once puntos (33-22) que hizo temer lo peor al banquillo marinense. Pero el Peixe supo recomponer la situación para dejar el partido aún abierto gracias a un parcial de 2-8 que permitió irse al descanso nuevamente cinco puntos por detrás (35-30).

La vuelta de los vestuarios siguió la misma línea que lo jugado anteriormente. Mucho respeto por parte de los dos equipos y el Calzados Robusta dejando la impresión de poder un poco más que los marinenses pero sin conseguir materializar en el marcador una ventaja a su favor cómoda. Ni los de Javi Llorente conseguían rebajar la barrera de los cinco puntos ni los logroñeses irse más allá de los diez a su favor a pesar de haber llegado a esa distancia en alguna ocasión (52-42).

Pero cuando pintaba más oscuro para el cuadro marinense, el Peixe sacó fuerzas de flaqueza para, liderados por Tim Derksen, ir poco a poco acortando distancias hasta ponerse por encima en el marcador a falta de dos minutos para el final (65-67). Los locales lograron reducir distancias a una posesión del final desde la línea de personal y poner de nuevo el empate, por lo que el Marín dispuso de la última posesión para llevarse el partido. Andrés Miso fue quien asumió la responsabilidad del último tiro pero erró en el intento de triple que hubiese significado la victoria y el average a favor del Peixe, yéndose el partido a la prórroga.

Ya en el tiempo extra dos triples de los locales nada más comenzar echaron por tierra cualquier reacción gallega y los pupilos de Javi Llorente se vieron a remolque prácticamente todo la prórroga y con menor potencial en la pintura por la expulsión por faltas de Jason Cain. El Clavijo se limitó a gestionar mejor su ventaja y explotar su superioridad en un juego interior donde el Peixe estaba escaso de centímetros y Adón ejerció de improvisado pivot.

Con esta derrota el cuadro de A Raña se mete en serios problemas en la clasificación y acaba la jornada en puestos de descenso después de la victoria de Magia Huesca ante el Oviedo. El mal podría ser incluso mayor si mañana gana el Barça B.