El Cisne disfruta jugando en casa. El equipo pontevedrés está como pato en el agua en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva. Ayer, sumó su décimo triunfo como local en lo que va de curso al barrer de la pista en una gran segunda parte a un Cajasur Córdoba que demostró porqué todavía no sabe lo que es puntuar a domicilio.

Después de un primer tiempo notable en el que se fue al descanso con cuatro goles de renta, el equipo dirigido por Jabato puso la directa tras el paso por los vestuarios y en ta sólo quince minutos sentenció el encuentro ampliando la ventaja a los diez goles. A falta de un cuarto de hora por jugarse, tanto el público como los dos equipos sabían ya de qué lado iba a caer el partido.

Pero ese final relajado de encuentro no hubiese sido posible si antes el equipo local no hubiese ofrecido un rendimiento fantástico. El conjunto cisneísta comenzó mandando en el marcador y en ningún momento del encuentro soltó ya la pole. Javi Vázquez destrozó a la defensa rojilla en los primeros minutos. El Cisne era dinámico y lograba encontrar a su extremo izquierdo, que iba de golazo en golazo en lo que pareció un concurso de tiro al blanco particular.

Sin embargo, atrás, el bloque locatario sufría. José Jiménez se revolvía en pivote para mantener a los suyos en el encuentro. El centro era una sangría para los locales que con el paso de los minutos lograron ajustar esa marca y encontraron a Chapela en ataque. El primera línea apareció en los momentos difíciles para sacar a relucir su brazo derecho y evitar que el Córdoba tuviese opción de empatar (11-9) allá por el minuto 20 del primer acto.

Con cuatro de ventaja se fue el Cisne al descanso y un gran comienzo le disparó. El Córdoba empezó a caer en imprecisiones y el Cisne castigaba cada pérdida con gol. Así, el 24-17 poco después del minuto 40 dejaba el partido muy de acara y un nuevo arreón comandado por Chapela cuando los andaluces parecían haber reaccionado finiquitó un encuentro de volvió al Cisne a puestos de play off de ascenso.