Rubén Uría ejerció ayer como portavoz del Villarreal, ante el complicado momento emocional que afronta su técnico, Marcelino García Toral, debido al fallecimiento de su padre. El segundo entrenador del conjunto castellonense considera que cualquiera de los dos equipos podía haberse llevado la victoria ayer porque fue un duelo de "ida y vuelta", con ocasiones claras en ambas porterías. El Submarino Amarillo tuvo más acierto que el Celta y sumó una victoria.

"Veníamos con la idea de que el Celta nos iba a poner en muchísimos problemas,dada la intensidad con la que actúa. Nosotros veníamos de disputar un partido duro el jueves [de la Liga Europa ante el Apollon Limasol] y creo que lo afrontamos con mucha intensidad desde el principio, a sabiendas que el equipo rival nos iba a poner en aprietos con un fútbol muy directo y con futbolistas con gran velocidad por fuera y un Larrivey que está en un momento de forma muy bueno", comentó Rubén Uría antes de analizar la primera victoria de su equipo en Balaídos.

"Ha sido un partido de ida y vuelta, donde al final la balanza se ha decantado de nuestro lado. Era normal que nos pusieran en aprietos porque desde que comenzó la Liga han hecho méritos para ganar y así lo dice la clasificación", apuntaba el segundo entrenador del Villarreal destacando la calidad del equipo de Berizzo.

El equipo castellonense agradeció, a través de Uría, el apoyo del Celta hacia su entrenador, que el sábado llegaba a Vigo tras acudir al sepelio de su padre: "Quiero agradecer al Celta el detalle que tuvo con nuestro entrenador de sumarse al minuto de silencio; y a sus aficionados, por ese momento tan emotivo".