El Pontevedra firmó un empate ante un Ribadumia que se quedó con muy buenas sensaciones en el que se presentaba como su test más exigente de la pretemporada. Los granates, ayer de fucsia, basaron su fútbol en la elaboración pausada. Sin embargo, el Ribadumia hacía del oficio de Jorge Fernández y Changui su mejor argumento para poner en apuros a Edu. Varios disparos lejanos sirvieron de declaración de intenciones de los aurinegros.

Los pontevedreses se encargaron en esta nueva cita de preparación de ensayar la gestión del balón sobre el campo, de avanzar en la compenetración entre veteranos y novatos del equipo. Superados los primeros veinte minutos, hicieron intervenir por vez primera a Roberto Pazos. Fue con un disparo lejano de Anxo que sacó acertadamente el portero cambadés. Poco después sería Centrón el que dejó el sello de su calidad en una acción que solventó también Pazos.

Al Ribadumia le costaba más tener la pelota, pero a la contra mostraba mucha verticalidad. Changui desperdició una buena transición poco antes del espectacular gol que hizo Jesu. Suyo fue un derechazo desde la media luna que Edu solo pudo seguir con la mirada mientras se colaba por la escuadra.

La alegría le duró poco a los de Leis. En la mejor acción colectiva del partido, el Pontevedra hizo el empate. Mouriño habilitó a Feito por banda izquierda tras una pared y el centró de éste al segundo palo fue llevado a la red por la pierna derecha de Jacobo. A los visitantes les empezaba a dar frutos su posesión del balón, claramente superior a la de los anfitriones.

Asimismo, el técnico pontevedrés también veía mejorías con respecto a anteriores citas en lo que a la creación de peligro por banda izquierda se refiere. En esta faceta Centrón se alzó como referencia en el equipo. De sus botas salieron algunas de las ocasiones mejores dirigidas del conjunto capitalino.

Ese alto ritmo que experimentó el encuentro al término de la primera parte pasó a ser tedio tras el descanso. El Ribadumia tuvo opciones de hacer el segundo por medio de Fernández y un combativo Sylla mientras que los pontevedreses solo lograron tirar a portería en una sola ocasión por medio de Fandiño. Desde ambos bandos se aprovechó este segundo acto para introducir abundantes cambios en sus alineaciones para probar opciones de cara al primer once titular de sus respectivas ligas.