"Es mucho mejor ser futbolista, otra cosa es que cuando lo dejas, el paso más cercano es el de entrenador, por eso tantos acabamos ahí", recalca Jorge Otero. Para un futbolista del Alondras, llegar al vestuario y que tu entrenador haya disputado un Mundial y una Eurocopa tiene que producir cierto impacto, ¿no? "La primera impresión puede que sí, pero luego está el día a día. Y eso es lo verdaderamente importante. Hay entrenadores muy buenos que no han sido futbolistas y futbolistas que han sido muy buenos y son malos entrenadores. Puede que al principio lo que les digas a los jugadores les llegue más, pero después está el trabajo, ser honesto con ellos, hablarles claro, que crean en lo que les dices y en lo que haces", remacha.