Hándicap pudo ver cumplido su sueño el 23 de agosto de 1923 con la finalización del proceso de constitución del Club Celta, surgido de la fusión del Real Vigo Sporting Club y el Real Fortuna Foot-ball Club. La unión hace la fuerza. Esa fue la idea defendida entonces por Manuel de Castro, periodista de FARO DE VIGO conocido por su apodo, que tardó ocho años en lograr su objetivo. Noventa y seis años después, el club vigués goza de buena salud, tanto deportiva como económica, y se acerca a su centenario con retos como situarse en el décimo escalón de los equipos que más temporadas suman en Primera División. Ese es el mayor premio para una entidad sin títulos importantes: 54 cursos en la máxima categoría sobre un total de 89.

La trayectoria céltica en la élite, sin embargo, podría haber tenido un recorrido mayor, pero la federación rechazó la propuesta del Celta de formar parte del campeonato inaugural de la actual LaLiga. No se tuvo en cuenta que el Real Vigo Sporting Club fuese finalista de la Copa en 1909. El nuevo club que hoy cumple 96 años quedó relegado a la división de plata. Y cuando logró el ascenso, en junio de 1936, la Guerra Civil aplazó hasta diciembre de 1939 su estreno en la máxima categoría.

La primera etapa brillante del Celta -el nombre fue elegido en una votación en la que también aparecían opciones como Olímpico, Unión, Galicia, Atlántico, Oliva y Breogán- duró 14 años, entre 1945 y 1959, en la que el equipo vigués se clasificó para su primera final de la Copa del Rey. Fue en 1948, ante el Sevilla. Eran los días de futbolistas como Pahíño, Hermidita, Roig y Muñoz, dirigidos por el legendario Ricardo Zamora. Atrás quedaba el gol de Nolete en Zaragoza en el estreno en Primera. Entonces, su equipación era azul en la camiseta y blanco en el pantalón. El Club Celta, sin embargo, se había estrenado con camisa roja y pantalón negro. El paso de la selección uruguaya por Vigo, dominadora entonces del fútbol mundial, aclaró el azul de la camiseta, que a mitad de la década de los cuarenta pasó al celeste con el que se identificaría para siempre al conjunto vigués.

En su larga historia, el Celta ha contado con un total de 36 presidentes. El actual, Carlos Mouriño Atanes, es el que más años ha cumplido en el cargo. Suma trece desde que en la primavera de 2006 tomó el relevo a Horacio Gómez, que protagonizó la segunda etapa más longeva con 11 años en el cargo.

Ambos han dirigido los siguientes periodos más largos del club en la élite y también brillando el Europa, donde el club obtuvo su título más importante (Copa Intertoto) y un recorrido de 80 partidos entre las dos competiciones continentales. Su mejor clasificación europea, por el momento, es la semifinal de la Liga Europa de la temporada 2016-17. El partido de vuelta en Mánchester llevó a 2.600 aficionados del conjunto vigués a la ciudad inglesa.

En Old Trafford, la cantera del Celta mostraba todo su vigor y talento. Los Iago Aspas, Hugo Mallo, Sergio Álvarez, Rubén Blanco, Jonny Otto... tomaban el relevo como referencia del equipo en Europa de los Mostovoi, Karpin, Mazinho, Michel Salgado o Juan Sánchez, autor del primer tanto céltico en el viejo continente.

Desde el inglés Francis Cuggy hasta el valenciano Fran Escribá, por el Celta han pasado un total de 66 entrenadores, algunos de ellos después de su etapa en Balaídos como futbolistas.

El estadio del Val do Fragoso también está íntimamente ligado a la historia del club vigués, que comenzó disputando sus partidos en el Campo de Coia, hasta que en diciembre de 1928 fue inaugurado Balaídos con un Celta-Real Unión de Irún. Remodelada en varias ocasiones, la vieja instalación ha acogido partidos del Mundial de 1982, de selecciones nacionales y más de ochocientos de Primera División, en la que el Celta afronta la 54ª temporada. Futbolistas como Manolo, Atilano, Maté, Gudelj, Abel, Vicente Álvarez, Juan Fernández o Santiago Castro quedaron ligados para siempre a este escenario.

El historial en la élite le vale al Celta para ocupar la undécima posición en la clasificación histórica de LaLiga. Por delante de los célticos se sitúan el Betis, con los mismos años en Primera pero con más puntos sumados, y el Zaragoza. El equipo maño, ante el que los célticos perdieron sus dos siguientes finales de la Copa del Rey, continúa noveno en esta tabla, tras contabilizar 58 años. Ahora lleva tiempo en Segunda y con escasos recursos económicos. De seguir en el categoría de plata, el Celta podría superarle una vez que alcance la primera centuria de su historia. El sueño de Hándicap goza de buena salud.