El Atlético Navalcarnero justificó en la primera semifinal ante el Alcorcón el motivo por el que no ha perdido un partido en toda la temporada. Las rojiblancas despacharon a las alfereras con cuatro goles en la primera mitad y después se limitaron a aceptar un intercambio de golpes pero siempre con varios cuerpos de ventaja.

El partido duró los ocho minutos que necesitó el Atlético para adelantarse en el marcador. Desde ese gol de Bruna, las rojiblancas manejaron a su antojo, con una precisión envidiable dada la velocidad con la que se sucedían los ataques.

Ari hizo el 2-0 a los 14 minutos y en plena avalancha repitió Bruna y repitió Ari. "No sería la primera vez que levantamos un 2-0", clamaba en un tiempo muerto el entrenador alcorconero. No surtió efecto.

Vane Sotelo se despidió de la Copa con un doblete. Pero enfrente había demasiado equipo, por eso no ha perdido.