Balaídos lucirá sus mejores galas el sábado con la ilusión de festejar por todo lo alto la permanencia del Celta en el episodio final de A Nosa Reconquista, iniciada hace diez jornadas, en vísperas del compromiso liguero frente al Villarreal, con la llamada a rebato de las peñas para sacar al equipo del fango.

Centenares de aficionados se agolparon durante toda la jornada alrededor de las taquillas del estadio celeste, que registraron largas colas y un promedio de tres horas de espera para recoger las invitaciones que el club regaló a sus abonados para despedir felizmente una temporada que la mayoría prefiere olvidar. En menos de ocho horas, desde que la taquilla abrió a las once de la mañana, se colgó el cartel de no hay billetes.

Ambiente generalizado de alivio -la posibilidad de descender se considera una "hecatombe" que nadie contempla- y anhelo de fiesta, pero también censura al club por la deficiente organización del reparto de las invitaciones -que ayer sí funcionó eficazmente online despachando 1.500 invitaciones- y a la mala la gestión deportiva de la temporada, aunque no pocos prefieren aparcar sus críticas hasta que la competición eche el telón este sábado.

Elogios unánimes, en cambio, hacia Iago Aspas, héroe de la salvación reencarnado en moderno Carolo, y al papel que la afición ha desempeñado en el feliz desenlace del curso. "Vamos a disfrutar. Es la última jornada de Liga y queremos pasarlo bien", resume Marcos Bouzón, abonado del Marcador, que afronta sosegado el partido final frente al Rayo Vallecano. "O sucede una hecatombe o estamos salvados. Afortunadamente los resultados de la pasada jornada se dieron a favor y no porque jugásemos bien precisamente", señala. Y agrega: "Estamos tranquilos, a pesar de la decepción que sufrimos en Bilbao. Esperábamos más actitud de algunos jugadores, a otros no se les puede recriminar nada. Pero hay gente que está de paso y le da igual".

"El balance de la temporada ha sido muy negativo. Lo mejor, por no decir lo único bueno, ha sido Iago [Aspas] y la respuesta de la gente, dentro y fuera del campo", apunta Salvador Nerga, socio de la misma grada. "El partido contra el Villarreal supuso un antes y un después. La temporada ha sido un desastre, pero las críticas las dejamos para la semana que viene", tercia, invitación en mano, Enrique Comesaña

Los tres aplauden la iniciativa del club de premiar la incondicional lealtad de sus abonados, pero censuran la organización del reparto. "La iniciativa ha estado bien, lo único que la organización para sacar las entradas es fatal, como siempre. No hay ni un segurata, hay que echar muchas horas aquí. Hoy en día hay sistemas para organizar las cosas de otra manera. Lo que no es lógico es que, en un día laborable, solo despachen dos taquillas y abran una hora más tarde", recriminan.

Edelmiro González, socio de Río Bajo con más de 50 años de antigüedad, sentencia: "En Vigo somos así. Siempre apoyamos al Celta, pero no puede ser que tengas que esperar tres horas para conseguir una localidad y solo funcionen dos de las seis taquillas". "Llevo más de tres horas esperando y mira cómo está la cola", abunda, señalando al gentío que da la vuelta a la calle Olímpicos, Martín Estévez, que recoge la una invitación para su hija. "Se podía haber organizado mejor, pero vamos a olvidarlo y pensar que el año que viene será mejor", zanja Abraham Costa, miembro de la peña Tavernícolas.

Costa está decidido a que nada le amargue la fiesta de la salvación. "Venimos a disfrutar. Ya hemos sufrido toda la temporada y venimos a pasarlo bien. Vamos a pasarlo bien y ya está", dice este socio de Gol, que prefiere ver el vaso medio lleno:"Hay que ser positivos. El año pasado fue tranquilo, no luchábamos por nada y a final de temporada apenas había gente. Este año por lo menos, aunque sea por lo mucho que hemos sufrido, venimos todos al campo. Algo es algo".

Aunque aplaude la iniciativa del club, el tavernícola concede todo el mérito de la reacción de la afición. "La directiva ha ido a remolque de las peñas, que hemos sido los que hemos impulsado este buen ambiente. Los celtistas nos unimos, aunque tengamos muy diferentes posturas sobre la gestión de esta directiva, pero no vamos a hacer una sola declaración hasta que acabe la temporada. Luego, cada uno hará su propia valoración, y algunas serán muy duras. Pero hasta el sábado a las 22.30 todos a remar para el mismo lado", subraya. Y remacha: "Cuando tenemos un problema nos unimos todos y vamos por el mismo camino. Juntos somos más fuertes. Cuando todo va bien, cada uno va por su camino y hacen falta estos bofetones para que nos unamos".

Nuria Lago, de Río Bajo, en cambio, no las tiene todas consigo. "Sé que es muy improbable que descendamos, pero somos el Celta y hasta que pite el árbitro yo no me fío un pelo. Es muy difícil pero no imposible. Soy celtista de toda la vida. Llevo 25 años de socia, toda la vida vamos, y aquí estoy siempre, cuando estamos en Primera, cuando estamos en la Champions, cuando estamos en Segunda y cuando estamos a punto de descender", destaca. Y precisa: "La respuesta de la afición ha sido fantástica, pero eso lo doy por hecho. Si el Celta está donde está es gracias a la afición, al apoyo que le ha dado no solo en los partidos de casa, sino en los desplazamientos".