El pasado 10 de octubre Pablo Vivero anunciaba su adiós por motivos laborales al Racing Villalbés tras 23 temporadas ininterrumpidas de servicio a sus colores. Hay futbolistas con apego a su club. También lo han demostrado dos jugadores que se enfrentan este domingo en el estadio de A Malata, el defensa de la UD Ourense Josu y el atacante del Racing de Ferrol Pablo Rey. A sus 33 años, tras innumerables duelos directos, se vuelven a cruzar empeñados en llevar a sus respectivas escuderías más allá de la Tercera División.

Los ourensanistas encaran ese objetivo como un sueño, mientras que en el cuadro ferrolano es una exigencia. En su décima temporada consecutiva como jugador del primer equipo, Pablo Rey, el eterno capitán del conjunto verde, se quedó tras sufrir su segundo descenso desde la categoría de bronce para ayudar en la reconstrucción. Empezó la liga sin entrar en la convocatoria, por lo que pudo evitar en el terreno de juego la dura derrota en Somozas (4-0), pero en la segunda jornada ya fue determinante. Pese a ser suplente hasta el descanso, anotó de penalti el gol que les dio a los de Emilio Larraz su primer triunfo ante el Ourense CF.

Cinco tantos más adornan su expediente en lo que va de liga, lo que le destaca como el mejor promedio de los máximos realizadores de la categoría (tras 540 minutos en el campo, marca cada 90). Pablo Rey firmó los dos primeros (4-0) contra el Polvorín, en su estreno en la titularidad. También hizo el 4-2 contra el Silva de nuevo en A Malata y marcó en la derrota de Paiosaco por 2-1, donde se retiró lesionado a la media hora. Contra el Compostela se perdió su segundo partido esta temporada y reapareció en A Lomba, aunque sin incidencia en el marcador. Volvió al once, y a marcar, la pasada semana en A Malata contra el líder Bergantiños, abriendo el marcador. Con su talentoso toque de balón y su capacidad para asistir forma con el delantero Joselu una de las parejas más temibles para las defensas. En la de la UD Ourense le espera un Josu que ha jugado cada uno de los 810 minutos de liga. Desde el lateral derecho ha contribuido a dar firmeza a la zaga con mejores números. No lleva el brazalete porque Rubén Durán se incorporó antes al proyecto ourensanista, pero también dio el paso de Segunda B a Preferente para arrimar el hombro. El Compostela y el Coruxo fueron un paréntesis antes de volver a O Couto, la que había sido su casa en las 20 temporadas anteriores, desde sus primeros pasos con balón hasta que tuvo que asistir a la desaparición.