El equipo que se marque como objetivo ser campeón de la Tercera División que comienza el próximo fin de semana deberá llevar su contador hasta los 80 puntos. El que quiera jugar la promoción a Segunda B tendrán que sobrepasar, como mínimo, los 66 y el que sueñe con la tranquilidad de hacer de bisagra en la clasificación debe pensar en los 50. Son las puntuaciones tipo por puesto en las últimas diez temporadas de una categoría en la que los conjuntos que contabilizaron menos de 45 puntos tuvieron problemas con los arrastres o con el descenso directo.

Los que acabaron justo por encima del corte fatídico que marca el puesto 17 sumaron una media de 41.4 puntos desde la temporada 2008-2009, tras la que se pasó de tres a cuatro descensos en Tercera División. En ese tiempo, los equipos que bajaron a Preferente se quedaron, como promedio, en los 38.6 puntos. Hubo grandes fluctuaciones, como los 97 puntos del Racing de Ferrol campeón en la 2012-2013 o los 9 y 8 puntos que sumaron los colistas Órdenes y Bertamiráns en la 2016-2017 y la 2014-2015, pero la tendencia está muy definida.

La alta exigencia que se le augura al campeonato puede reducir los costes, pero para rondar la zona media de la clasificación, a salvo de la amenaza de los arrastres, la UD Ourense debería rondar los 50 puntos, como se constató en las últimas Terceras que resultaron más igualadas por arriba.

Cabe recordar que son ya ocho campañas consecutivas en las que al menos uno de los conjuntos que dio el salto volvió a Preferente por la vía rápida. En lo que va de década, un total de 40 equipos ascendieron a Tercera y 15, casi el 40 %, se descalabraron en mayo. Además, 29 de esos 40 se clasificaron por debajo de la décima posición. Si como la pasada temporada los arrastres de Segunda B son dos, baja el ocupante del puesto 15º -el Arenteiro, el 14º en la clasificación de Tercera, evitó la caída al librarse el Coruxo en la promoción-.

25 de los 40 equipos recién ascendidos no pasaron de los 40 puntos tras las 38 jornadas. En la segunda década del siglo, los novatos que superaron con nota el proceso de adaptación a Tercera fueron el Boiro y el Compostela, que se clasificaron para el play off. Los de Barraña tienen la mejor puntuación de un recién ascendido (74 puntos, 2014) y los compostelanistas repitieron ascenso a Segunda B (2013).