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Fernando Currás: "Le damos la opción de mejorar al niño"

"Tratamos de optimizar los espacios que tenemos y espero que se nos compense el esfuerzo", reclama

Fernando Currás, ayer en el estadio de O Couto. // Brais Lorenzo

- Tres meses en la cantera dan para un balance.

- Todavía no he tenido tiempo de hacerlo (ríe). Lo primero que hicimos fue observación para conformar los grupos sobre la idea prioritaria, que es la progresión del futbolista. Para encontrar esa progresión, el mayor trabajo que llevamos hecho hasta ahora ha sido darles acomodo a los jugadores en los grupos que creíamos conveniente para que todos puedan progresar, sobre todo con algo básico, que es jugando cada fin de semana.

- ¿Cómo ha ido la demanda para entrar en la cantera?

- Nos encontramos con una gran demanda de jugadores y hemos tenido que rompernos la cabeza porque no paraban de llegarnos jugadores, sobre todo en el fútbol 8. Entendemos que descartar a niños en las primeras edades es exagerado porque el margen de cambio que tienen es abismal, atendiendo a su maduración biológica, ya no solo la futbolística. Para darle a todos la posibilidad de mejorar, que es el principal objetivo, tuvimos que hacer mil historias.

- Ordene los problemas.

- Lo que más problemas nos ha dado es la falta de instalaciones. No podíamos descartar a niños de seis a diez años, no es lógico, y los campos son los que son. Entonces, para hacerles sitio hemos movido e incomodado al fútbol 11, desplazando a esos equipos fuera de Salesianos. Eso acarrea malentendidos y problemas con los padres, a los que hay que agradecer su comprensión y sus ganas de que esto saliera adelante.

- ¿Hace falta mucho ingenio para optimizar los recursos?

- Sin alejarnos de la idea de que los protagonistas son los niños, el jugador, al hacer los grupos con el objetivo de que todos tengan la posibilidad de jugar tuvimos que tratar de equilibrar con las licencias, hacer muchas fichas B para que puedan alternar o tener la posibilidad de jugar en dos equipos. Situaciones así se van a repetir con la idea de recuperar la cultura del esfuerzo. Del esfuerzo por mejorar. Creemos que los niños son felices ya de por sí jugando y entonces, al no tener categorías nacionales, en las que la propia competición te exige mejorar, la exigencia la hemos trasladado al día a día. Que los niños sepan que, si progresan, van a ascender para jugar en otro equipo. Es como si hiciéramos una mini competición entre nosotros.

- ¿Hay equipos entrenando en un cuarto de campo?

- Sí. En el fútbol 8, al no tener campos, intentamos que compartan el espacio dos equipos que entendemos que puedan entrenar sobre partido. Es decir, que se puedan enfrentar entre ellos en una sesión de entrenamiento para que los niños puedan trabajar en las distancias que se van a encontrar después en la competición. Intentamos equilibrar los calendarios de forma que el benjamín A pueda entrenar al lado de otro equipo con el que pueda competir. De esa forma podemos suplir esa carencia de espacio compartiendo el trabajo y haciendo trabajos de coordinación en los espacios que delimitan el campo. Aprovechamos al máximo lo que tenemos.

- ¿La calidad de entrenamiento está en consonancia con el esfuerzo económico de los padres?

- Entendemos que hay conceptos como el de la amplitud que son difíciles de llevar a cabo, pero también es cierto que en las categorías de prebenjamín, benjamín y en alevín ya menos, hay muchos conceptos que se pueden trabajar en espacios reducidos, algo que es inviable según va creciendo el niño. La coordinación, que es básica en estas edades, se puede hacer en el espacio que queda entre los dos campos o en los aledaños, y también la velocidad de reacción. Nos gustaría tener más espacio, pero dentro de lo que hay tratamos de optimizarlo.

- ¿Ourense se ha quedado atrás en espacios para el fútbol?

- Sí. No es nada nuevo. El campo de Oira está saturado, como el de Os Remedios, Salesianos o Santa Cruz. No hay horas. El fútbol ourensano reclama, pide a gritos, más campos. El que esté en el día a día se da cuenta. No sé a quien le compete, pero algo hay que hacer porque no solo somos equipos de fútbol que pelean por una u otra categoría, son muchos niños de la ciudad que pagan y quieren un espacio donde poder hacer lo que les gusta y enriquecerse con lo que les da el fútbol. Más allá de los resultados numéricos, que sea uno u otro equipo, la carencia es para todos y la UD Ourense la sufre en mayor grado porque somos un club de nueva fundación, entre comillas, y nos encontramos con dificultades añadidas. Espero que se compense el esfuerzo que estamos haciendo. Tengo claro que se hará.

- Usted hizo el camino del canterano. ¿Qué diferencias ve con la actualidad y qué consejo propone?

- No creo que ningún niño se tenga que marcar esos retos a tan largo plazo. Las cosas van saliendo. Yo nunca me lo planteé cuando bajé del pueblo. Nunca jugué en prebenjamines, ni en alevines ni en infantiles. Empecé en el fútbol en juveniles, siendo cadete de segundo año. Marcarse objetivos a largo plazo no es producente. Lo que si noto es una diferencia clara en cuanto a la educación integral de los niños. No se puede separar el camino que lleva la sociedad del que lleva el fútbol y no es ni mejor ni peor, es diferente.

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