La Unión Deportiva Ourense se levantó sabiendo que no le esperaba un desayuno en la cama. La de Vilariño era una visita matinal que aguardaban con recelo los unionistas, tras soportar toda la semana el escozor por una derrota en O Couto al despistarse en un córner y en una contra con el tiempo a punto de consumirse. Doblemente responsabilizados se tomaron a pecho la misión, una riña sin rastro de fútbol que los dos cambios ofensivos para la reanudación, Adrián Rodríguez y Unai, se encargaron de zanjar con un gol que vale tres puntos en tierra peligrosa.
Los equipos se sostuvieron el pulso en intensidad, reduciendo riesgos, en los primeros 45 minutos. Entre culatazos al balón, las vías de acceso al área se limitaron a las jugadas a balón parado y a muy esporádicas incursiones por los flancos. A los diez minutos entró Rubén Durán por la izquierda y el balón le llegó a Xaco, que solo en el área sacó un remate cómodo para el portero del Vilariño. Marcos confirmó por qué se adelantó el partido a las doce por él. Con los minutos, la UD Ourense retrocedió empujada por los de Quino Iglesias, que rastreaban el fallo en la salida del balón. No lo hubo. La alerta era máxima. A la media hora, una falta lateral en el haber ofensivo de cada equipo. Fue todo el jugo de ataques muy condicionados por el campo, el balón y la cacería de los defensas. Los remates de Fran Martínez y Gonzalo no tomaron dirección de red. El cuerpo a cuerpo fue honesto en líneas generales, aunque se cobró dos amarillas en el primer tiempo, una por protesta del central local Aarón y otra por una áspera entrada de Omar.
Habría cinco amonestaciones más en una segunda parte que comenzó con una ocasión para el Vilariño. Su centrocampista Jorge Ramos no conectó un buen remate tras plantarse en la frontal desprotegida. Reaccionó la UD Ourense con temperamento, y poca puntería. Xaco recogió el rebote de una falta botada por Durán y su remate se encontró con el portero.
Cinco minutos después, en el 56, otra gran parada de Marcos a tiro raso de Hugo García, tras dejada de Fran Martínez en la continuación de una falta lateral. Era el momento de la UD Ourense, aunque tendría que esperar hasta el minuto 74 para verse por delante. Los dos banquillos ordenaron los retoques para la ofensiva (y la defensa) final. Adrián entró enchufado y, en cuanto encontró pasillo por la izquierda, pisó área y puso un centro de gol, en una gran acción personal.
Cinco minutos llevaba Unai en el campo cuando le llegó el balón que inclinó el resultado. La UD Ourense había hecho lo más difícil y tenía 15 minutos, más cinco de prolongación, para defender el botín. Su portero Lucas Sierra no pasó grandes apuros, pero el Vilariño puso todo el empeño en crear incertidumbre rondando el área.
La garra no le dio para salvar el empate. El visitante tampoco tuvo ocasión de ampliar la diferencia. Era partido de un gol. Toda una clase de interpretación de lo que pueden deparar muchos destinos de la Primera Regional para los unionistas, que suman seis puntos en dos salidas. El domingo deben estar a la altura también en casa.
