Ourense tiene apetito de Vuelta y la primera avanzadilla del pelotón comprobó ayer, en el acto de bienvenida celebrado en el Teatro Principal, que no se han equivocado al encomendarle cuatro etapas de la 71ª edición, que se pondrá en marcha el 20 de agosto con una contrarreloj por equipos entre Laias y Castrelo de Miño.

Termalismo, gastronomía y una orografía que garantiza espectáculo en la carretera y en las televisiones de millones de hogares son las bazas de Ourense para hacerse notar en la carrera. "La Vuelta ya está aquí", proclamó el presidente de la Diputación, Manuel Baltar, orgulloso de la apuesta del gobierno provincial por el deporte.

"Esta carrera, denominada Ourense Termal-Madrid, será un homenaje -señaló- a la gente de la provincia, a los que practican ciclismo, a los alcaldes y concejales de los concellos por los que discurre, a la Xunta por su contribución y a todos los que ayudan a convertir la Vuelta a España en un acontecimiento inolvidable". Baltar cerró su intervención con un elogio a un pueblo "trabajador, creativo y emigrante" que, como cuna de afiladores, "sabe bastante de ruedas".

Tras las presentaciones a cargo del asesor de Deportes de la Diputación, Bernardino González, y un preámbulo que incluyó la proyección de un vídeo promocional de la provincia, la interpretación de Marco Foxo, gaiteiro de la Real Banda, de la Alborada Anterga de Ourense y el resumen de la Vuelta 2015, tres ilustres ciclistas tomaron la palabra para llevar al detalle las etapas ourensanas de la Vuelta.

Perico Delgado, confeso entusiasta del termalismo para "recuperar la salud" tras una carrera, se presentó sobre las tablas del Principal recordando que había ganado la Vuelta las veces que pasó por Ourense, en la segunda mitad de la década de los 80. Otro ganador del Tour, Óscar Pereiro, se le puso a rueda. "Yo por entonces no había nacido", bromeó el de Mos, antes de admitir que le quitaba el volumen a las retransmisiones por televisión en las que participa el segoviano.

Fernando Escartín, autor de los recorridos de la Vuelta, terció en el mano a mano. De un escalador no cabía esperar un paseo para el pelotón. "Ourense es un territorio bonito, con recorridos y paisajes espectaculares. Se va a ver buen ciclismo", anunció el oscense. Para la contrarreloj por equipos de 27,8 kilómetros, entre Laias y Castrelo de Miño, se calcula una media de 58 kilómetros por hora. "Es un recorrido perfecto para ver a los equipos alineados, dando caña y rodando al límite", explicó Óscar Pereiro.

La segunda etapa, entre Ourense y Arnoia, no tiene "un metro llano, es un arriba y abajo continuo" y la sexta, con llegada a Nogueira de Ramuín, puede hacer la primera criba entre los favoritos. "Es una etapa trampa. Hay bosque y del bosque sale el señor del mazo", advirtió Escartín. Una carretera estrecha y dura por el contorno del Cañón del Sil, terreno para aventureros, y la amenaza de desfallecimiento si aprieta el calor "pueden hacer que alguno pierda la Vuelta".

Los alcaldes anfitriones

La séptima etapa, con salida desde Maceda, también ofrece trazados que atraerán a miles de aficionados. A medida que presentaban los puntos de partida y de llegada subieron al escenario los alcaldes anfitriones. El de Ourense, Jesús Vázquez, recomendó al pelotón dejarse seducir por la gastronomía local: "Aquí nada de espaguetis". A los visitantes les invita a disfrutar del patrimonio y la programación cultural que se diseñará para la ocasión. "Garantizamos que se llevarán la mejor impresión de la ciudad y la provincia. Tendrán la mejor acogida", prometió el regidor.

El alcalde de Cenlle, Gabriel Alén, tuvo un guiño ciclista reivindicando la Volta ao Ribeiro. Xurxo Rodríguez subió la apuesta gastronómica, al recordar que Castrelo de Miño es el concello de España con más bodegas de Denominación de Origen (33). También brindó a los visitantes el parque náutico y las zonas de baño en el Miño.

Rodrigo Aparicio, regidor de Arnoia, puso sobre la mesa los pimientos, para degustarlos en "un entorno precioso y un atardecer espectacular" para la llegada de la etapa. César Parente presumió del lujo de disfrutar en apenas dos años de una salida y un final de etapa de la Vuelta,, incidiendo en la majestuosidad del parador de San Estevo de Ribas de Sil. Rubén Quintas emplazó a todos a disfrutar en Maceda de los productos de la gastronomía provincial. Óscar Pereiro recogió el guante para ensalzar el trabajo de la cantera ciclista macedana: "Es un ejemplo a seguir y un espejo en el que deberían mirarse en Galicia y en España".

La delegada territorial de la Xunta, Marisol Díaz Mouteira, destacó el impacto mediático y económico de la Vuelta y reivindicó su importancia en la proyección de Ourense. "A los espectadores les resultará imposible ser indiferentes ante la belleza de nuestros paisajes", afirmó. Todos vendieron el producto. "Oyéndoles hablar, he cogido 5 kilos", bromeaba el director de la carrera. Javier Guillén agradeció que cada vez que ha estado en Ourense se le haya transmitido "entusiasmo e ilusión" por la Vuelta. "Nos hacen falta esos ingredientes y, por cómo hablan, son los mejores embajadores de Ourense. Nos ponen el listón muy alto y nos obligan a hacerlo cada año mejor para no defraudarles".