Ocho días jugando al ahorcado. El Ourense quedará excluido la próxima temporada de la liga en Segunda División B si antes del 30 de junio no satisface las reclamaciones que hizo su plantilla el pasado mes de mayo ante el sindicato de futbolistas. Mañana se reúne la comisión mixta AFE-RFEF en la que se analizarán las alegaciones presentadas por los clubes, pero el montante de las denuncias, en las que no se incluyen las cantidades que vencen este mes, ronda los 160.000 euros. Es la factura para no arruinar 62 años de historia.

A medida que se frustraban las alternativas que han surgido en las últimas semanas para hacerse cargo del club, que desde el jueves de la semana pasada no tiene consejo de administración, se fueron reduciendo las probabilidades de supervivencia. A mediados de esta semana el Ourense conocerá si debe suscribir un aval para competir el año que viene al contar con expedientes abiertos por impagos en las dos últimas campañas.

Ya no solo habrá que pagar las cinco o seis nóminas que tienen pendientes los jugadores, así como otras cantidades no menores que se le adeudan a técnicos y empleados, sino que en los primeros días de julio habrá que poner sobre la mesa un aval que puede oscilar entre los 125.000 y los 200.000 euros. A pesar de todos los augurios y del desamparo en el que se encuentra, el Ourense sigue despertando interés en grupos inversores que orbitan sobre el fútbol. Además, el expresidente Manolo Seoane quemará hoy mismo una de las últimas bazas con un nuevo contacto, quizás el último, con el empresario que se mostró dispuesto a coger el club, pero el tiempo es implacable.

La afición intentará que se oiga su voz en una concentración que ha encontrado eco en las redes sociales. La cita es a las 20.00 horas en el estadio de O Couto, donde hace ya casi dos meses (el 27 de abril) las protestas de un sector mayoritario de los seguidores que se habían congregado en el campo para presenciar el partido contra la Cultural Leonesa pidieron la dimisión del consejo de administración presidido por Alejandro Estévez.

Con este llamamiento a la movilización, los aficionados tratarán de aportar soluciones y ablandar voluntades para evitar que la campaña que acaba el 30 de junio no sea la última del Ourense en la categoría de bronce y, previsiblemente, el adiós del club con 61 años y 10 meses de vida.