Entrenar a los jugadores de la Academia, de entre 10 y 18 años, y realizar informes de los rivales para el primer equipo del New York City. Ésa es la doble función del buenense David Gómez, que inició hace dos meses la aventura americana en la Major League Soccer, una experiencia de la que está plenamente satisfecho. "Me han recibido muy bien. Aquí a los entrenadores españoles se les tiene mucho respeto, incluso los padres valoran muchísimo tu trabajo, algo que en España no pasa tanto. Y todo está más organizado. Hasta tienen un programa para que los padres avisen si su hijo irá o no a entrenar", afirma.
David Gómez entrena durante la semana a varios de los equipos de la Academia del NYC y dirige a un conjunto el fin de semana, pero además, él es el encargado de hacer el scouting para que el entrenador Jason Kreis prepare los enfrentamientos del primer equipo. "En mi informe marco los puntos fuertes y débiles y un análisis individual de cada jugador. También hablo de la fase defensiva, transición defensa-ataque y ataque-defensa, y ataque. Y además, el análisis individual y las jugadas a balón parado", señala el preparador morracense, que añade que esta forma de trabajo "la aprendí de Javi Suárez, jefe de scouting del Zaragoza, que es quien me enseñó".
Gómez forma parte de la nutrida colonia española dentro del New York City. "En principio íbamos a venir tres pero al final somos ocho y ya somos un poco familia todos", señala. Incluso tiene trato habitual con la estrella del NYC, David Villa. "Es un hombre muy humilde y bromista, un gran profesional y aquí la gente está como local con él", afirma, antes de añadir que "me ha dicho que agradece tener más españoles cerca. Me ha impactado su cercanía. Hablo mucho de fútbol con él y de entrenadores que ha tenido, y de todas las anécdotas que tiene".
Su día a día comienza a las 9 de la mañana, cuando se levanta, desayuna y pasa a preparar tanto las sesiones de entrenamiento de la tarde así como el informe del próximo rival del primer equipo. Cuando puede va al gimnasio o a jugar al baloncesto, "porque no puedo estar parado". Ya por la tarde es cuando entrena, aunque con un horario variable. "Desde las 4 a las 9 entreno, aunque las horas pueden variar", señala. En cuanto al tiempo del ocio apunta que "hay muchas cosas que hacer y me encanta viajar. Aquí me quedo con Hoboken, mi zona preferida de New Jersey, donde vivo". De este modo, ya ha recorrido la propia Nueva Jersey, Nueva York y Philadelphia. "He ido a la NBA, que es todo un espectáculo y cuando venga mi novia el mes que viene tengo pensado ir a las cataratas del Niágara, Chicago, Boston, Miami... A ver si me da el tiempo para todo", manifiesta.
El club se encarga de pagarle la casa, "la típica grande con el jardín trasero para hacer barbacoas en verano. Y estoy a veinte minutos de los campos". Asegura que la vida es muy diferente. "No cambio mi pueblo por nada del mundo. Esto es increíble, con millones de cosas para hacer y todo te impacta, pero me gusta la tranquilidad y no valoramos lo que tenemos en Bueu y Beluso", subraya.
