Natalia Rivas se inició en el mundo de la marcha muy joven. Recuerda que con seis años comenzó a practicar esta modalidad, siguiendo la estela marcada por su hermana, la internacional Iria Rivas. Esta marchadora precoz dejó claro desde muy pequeña sus cualidades, siguiendo un camino decidido en el mundo del deporte. Fue sin embargo en los últimos años, cuando la estradense del Atletismo Cuntis dio un paso al frente. Hoy, con solo catorce años, figura como una de las grandes promesas de la marcha nacional. La mejora constante de sus marcas en el 2020 y su presencia entre las mejores de los campeonatos de España a pesar de ser cadete de primer año abren un horizonte ilusionante para un 2021 que comenzará con un reto especial, pelear por el cetro nacional con Galicia en el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas que se disputa la próxima semana en Sevilla.

“A nivel individual no voy con muchas expectativas porque al no haber competición en Galicia llevo ya un año sin poder correr sobre cinco kilómetros. Eso no me permite saber cómo estoy físicamente para hacer esta competición pero espero estar entre las cinco primeras”, explica la estradense, que ve a Galicia capacitada para pelear por el podio. “El año pasado ya fuimos subcampeonas de España y este año vamos a pelear por el oro. Creo que lo vamos a hacer muy bien”. Rivas cuenta con la experiencia del 2020, cuando ya defendió los colores de la selección. “Fue una experiencia muy bonita. Me parece el campeonato más bonito de toda la temporada”. En esta competición nacional la atleta del Cuntis formará equipo con las deportistas del Lucense Aldara Meilán y Oleksandra Kostenco, y la de ADAS Proinor, María Martín.

El COVID ha marcado en gran medida el último año de Natalia Rivas. Durante el 2020 se fueron cancelando todas las competiciones autonómicas. Eso no frenó a la joven estradense del Cuntis. Bajo la tutela del entrenador José Antonio Pardal fue mejorando sus marcas personales en cada una de las competiciones a las que acudía, firmando un quinto y un octavo puesto en los dos campeonatos de España celebrados. “A pesar de que no había competiciones sí que podía desplazarme a entrenar a Pontevedra y a Cuntis. Ahora sin embargo ya no puedo”, explica. Para prepararse para este campeonato con Galicia, la marchadora lleva ya un mes entrenando junto a su padre y su hermana Iria en la zona deportiva o en pistas del rural estradense. Esa preparación y el hecho de no haber podido competir sobre cinco kilómetros desde hace un año convierten en una incógnita su rendimiento en carrera.

Rivas cuenta con una rutina de entrenamientos de entre cuatro y seis sesiones semanales. Los entrenamientos sin embargo subían antes de la llegada del COVID, ya que la joven compaginaba el atletismo con la práctica del baloncesto en el EDM A Estrada. Su familia destaca el este sentido “el mérito” de la joven deportista, que lograba compaginar su afición por ambos deportes sin que sus estudios se resintiesen por ello. “Incluso alguno de estos días que llovía tanto le decíamos que era mejor que descansase pero ella quería salir a entrenar igual”, explica su padre Alberto Rivas.

La deportista del Cuntis afronta ahora con ilusión el que será su segundo año de cadete. Es un momento clave para una atleta a pesar de iniciarlo con 14 años. Tendrá que lidiar con pandemias y restricciones en una modalidad siempre exigente. Como bazas a su favor, una ilusión y una heredada capacidad de sacrificio.

Siguiendo la estela de su hermana, Natalia se inició en la marcha cuando solo tenía seis años. En la imagen se la puede ver liderando una competición de marcha celebrada en la localidad de Río Maior (Portugal) entre rivales mucho mayores que ella.