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fútbol - Primera Autonómica

Portero de día, dj de noche

Marcos Quintana, guardameta del Lalín, lleva veinte años compaginando su trabajo en discotecas y verbenas con el fútbol ä "Se puede hacer, siempre que te cuides"

Marcos Quintana, o Dj Marcos Kintana, ayer, en su domicilio. // Bernabé/Javier Lalín

El guardameta Marcos Quintana y dj Marcos Kintana son las dos caras de un hombre que durante los últimos veinte años ha sabido moverse con acierto entre dos mundos que podrían parecer opuestos pero que en su caso se han mantenido a la distancia necesaria para no estorbarse. "Nunca tuve problema para compaginar ambas cosas. Si eres responsable y te cuidas es posible atender a las dos". Ese es el secreto de un portero que a sus 34 años es un fijo en la portería del Club Deportivo Lalín y que ya ha sumido su nuevo nombre futbolístico "DJ".

En el plano deportivo, Marcos Quintana cuenta con una larga experiencia. Sus primeros pasos los dio en el Vilatuxe pero pronto hizo las maletas para enrolarse en las del filas del Estudiantil junto al técnico Luis Bermés. Allí pasó tres temporadas, en donde guarda buen recuerdo del fallecido Peixeiro de Cirela. "Era muy buena persona con los jugadores", explica. Tras su aventura en San Martiño le llegó el momento de volver a casa para enrolarse en las filas del Lalín. Allí estuvo varias temporadas en Preferente antes de marcharse a Vilatuxe y Laro, regresando al Cortizo en el año 2017, donde ha jugado las últimas cuatro temporadas.

Este largo currículo en las categorías autonómicas del fútbol gallego lo ha compaginado con una gran afición que terminó por convertirse en su profesión. Quintana recuerda que su camino como dj comenzó en la discoteca Desigual. Cuando solo tenía quince años. "Al principio esto era solo una afición. El dueño sin embargo de Desigual tenía una tienda de discos en Lalín y yo empecé pasarme por allí y a insistirle en que me enseñara a pinchar. Al final me monté una mesa en el teleclub de Vilatuxe en la que grabé una cinta que le lleve para que escuchase", explica al recordar sus comienzos como dj. "Fui muy pesado con él y me pasaba todos los viernes a ver si me dejaba pinchar un poco. Al final me fue dejando algunas veces, cuando había mucha gente y él tenía que ayudar en la barra".

A partir de ahí comenzó una carrera como DJ que lo llevó por diferentes locales de Lalín. Tras cinco años en Desigual se fue otros cinco al Vagalumes y posteriormente a la Discoteca Planet y al Havana 75. En la actualidad es dj en el Pub Fetiche de Lalín. "Con quince años cada vez que pinchaba disfrutaba como un enano. Para mí, un chaval al que le encantaba la música, era como estar en la pista. Estar allí pinchando, en el local de moda y con muchos amigos y conocidos en la pista, me encantaba". Con el paso del tiempo, el guardameta sigue disfrutando de su profesión. "Escucho música a todas horas y me lo paso igual de bien pinchando Rafael o pasodobles en una fiesta que en Callobre después de la Panorama y París con toda la chavalada. Disfruto cuando mi música encaja con el momento", afirma.

En algunas de esas verbenas Marcos Quintana ha encontrado en la pista a algunos de sus jóvenes compañeros en el Lalín, aunque reconoce que no durante la temporada. "Los sábados no son de andar por ahí. Se cuidan", afirma. En su caso sin embargo su trabajo lo suele tener ocupado hasta las seis o siete de la mañana, algo que considera no le influye en el campo. "Me da tiempo a descansar hasta el partido porque yo siempre me cuidé. Hay que tener en cuenta que en mi caso estoy trabajando, no de fiesta. A los más jóvenes siempre les digo lo mismo. Cuando era joven pensaba mucho más en la música que en el fútbol pero aprendí que si eres responsable son cosas que se pueden compaginar".

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