Última jornada de infarto para el Asmubal

No defraudó la afición que llenó Coirón para arropar al equipo verdinegro y mantenerle a flote en un partido con una igualdad extenuante. Victoria agridulce de las verdinegras, porque Palencia y Siero, los dos rivales metidos en la lucha directa por eludir el descenso, también ganaron sus compromisos como locales, respectivamente ante A Cañiza (27-21) y Sar (30-28), sin que ninguno de esos dos gallegos libraran al Asmubal de la quema. Así pues, todo abocado a una última de jornada de infarto, que los tres jugarán como visitantes, y con el Asmubal viajando al feudo adverso del Tenerife canario.

Al choque le pudo más la pasión que la calidad, más aún en defensa, donde ningún equipo se hizo fuerte en esa parcela. Arrancó preocupante, con un 4-7, que luego en el minuto 11 se transformaba en un 7-10. Pero aprovechando una superioridad numérica las de Juan Costas contestaron con un parcial de 4-0 que les ponía en ventaja en el minuto 16 (11-10). A partir de ahí la igualdad fue ya máxima, llegando al descanso con un 21-20.

Esa igualdad se convirtió en extenuante en la segunda parte, más aún cuando Costas se veía obligado a dar descanso a Laura Miniño, con miras a tenerle fresca para la recta final. En ese período, dentro de cierta iniciativa meañesa, la renta se movió en lo mínimo más una ristra de empates sucesivos. El último se registraba en el 54 con un 37-37. Ahí sendos goles de las hermanas Sabela y Laura Miniño le daban ventaja de dos (39-37), que al cabo se transformó en un 40-38 en el 57. En el minutos 59, a falta de 24 segundos un tanto de la argentina Micaela Lusarreta parecía dar el partido a las meañesas. Pero un gol rápido de las palentinas les dejaba a uno y, acto seguido, en una acción bisoña, el Inelsa regaló un balón de infarto al rival, sirviéndole una contra donde la sirena sonó cuando la jugadora del Carrionas armaba su brazo sola en seis metros, y con el gol llegando fuera de tiempo.

Juan Costas valoraba que “pusimos más corazón que otra cosa en el partido”. “Si nos coge fuera -reconocía-, este choque lo perdemos, en Coirón nos salvó el público”. Una afición que, entregada, prácticamente llenó el aforo, y que convirtió la instalación en una auténtica bombonera para jugar con uno más desde la grada.