La idea inicial del aprovechamiento del vaso de la piscina pasa por habilitar solo tres calles de ida y vuelta. Un uso restringido que obligará a regular la entrada a la instalación y que también tendrá una incidencia directísima en las posibilidades de entrenamiento de los clubes Natación y Salvamento de Vilagarcía.

Se trata de dos entidades, que estaban obligadas a adaptarse a las dos calles que tenían a disposición durante unas horas al día para poder entrenar con sus cerca de 90 componentes. Una dinámica totalmente imposible con las normas de distanciamiento que van a regir.