El regreso del Arosa al campo de A Lomba parece tener ya una fecha definitiva, siempre y cuando, los temporales u otras circunstancias no frenen la remodelación a la que se ha sometido a la grada de Preferencia. Esa fecha será el próximo día 15, cuando los arlequinados se enfrentarán al Somozas. Así lo reconoce el edil responsable del área de Deportes, Miro Serán, que ayer aseguraba que "la empresa trabaja con ese objetivo y nada nos hace pensar que no se pueda cumplir, aunque en las obras siempre pueden aparecer situaciones imprevisibles que frustren las buenas intenciones".

Otra de las cuestiones por la que ha recibido críticas el Concello ha sido por el estado del césped durante estos meses en los que no se han registrado competiciones en el campo de A Lomba. Serén reconoce que "hubo una pequeña zona en la que la hierba se degradó, pero en estas semanas hemos escarificado toda la zona y arenado, por lo que confiamos que va a estar en perfectas condiciones para ese encuentro".

De cumplirse las previsiones del Concello, el encuentro del próximo fin de semana, ante el Paiosaco, será el último que el Arosa dispute en el exilio forzoso de Vilaxoán o de A Illa, ya que también existe la posibilidad de jugar en el Salvador Otero. Las obras de la grada de A Lomba comenzaron a mediados del pasado mes de noviembre, obligando al Arosa y al Atlético Arousana, equipos habituales en esas instalaciones, a buscarse un nuevo escenario para sus encuentros. En principio, ese exilio iba a ser de tan solo unas semanas, pero no podrán regresar al campo hasta casi cuatro meses después. El primer encuentro que disputó el Arosa lejos de A Lomba fue en el Salvador Otero de A Illa el 24 de noviembre, donde se enfrentó al Alondras en un partido que consiguió ganar en la jornada 14. Tras ver como los temporales y el parón navideño de la construcción dilataban la obra, se optó por recurrir al campo de Vilaxoán, donde ha jugado contra Barco, Fabril, UD Ourense, As Pontes y Racing Club Vilalbés. Ahora, en el club esperan que el encuentro de la jornada 27 contra el Paiosaco sea el último que se juegue lejos de su campo. La lentitud de las obras llevó a la afición a protestar con pancartas en varios encuentros, movilizaciones a las que se sumó la plantilla en el partido contra el As Pontes, no disputando el balón en el minuto inicial de juego.