La fase previa del Arousa Fútbol 7 continúa su curso. La tercera jornada de las cuatro que componen el calendario se celebró ayer renovando la energía futbolística con la entrada en liza de otros cuarenta equipos. Un segundo turno de competición que descubrirá que otros dos equipos lograrán plaza en el cartel definitivo de la fase final.

Ribadumia disfruta a lo grande con un evento que esta sirviendo también para optimizar la capacidad y rendimiento de una instalación deportiva como la de A Senra. La calidad y buen cuidado de su césped sintético, así como las posibilidades organizativas que concede su amplísimo número de vestuarios y la proximidad del pabellón de deportes, son cuestiones que suman a la capacidad organizativa. Incluso la extensa área de aparcamiento también juega a favor de la comodidad de las expediciones participantes y de sus acompañantes.

Mención aparte merece el impacto económico que deja en Ribadumia y alrededores todo lo que rodea a un evento tan voluminoso. Son muchos los restaurantes y cafeterías en el radio de A Senra que han visto incrementada sustancialmente su facturación gracias a las potencialidades de un torneo de estas dimensión. Y es que se cuentan por miles las personas que han convertido A Senra en destino de buena parte de sus días de asueto en esta Semana Santa.

La pequeña grada de la instalación es un continuo flujo de personas. Las distintas aficiones van dejando paso entre sí con el calendario como regularizador del tráfico de los muchos fieles e incluso los dialogos comunes se construyen todos a partir de la palabra gol.

Y en cuanto a lo que sucede dentro del terreno de juego, resultados al margen, es obvio y manifiesto que la excitación de los pequeños futbolistas de categoría alevín les hace pasar por toda una montaña rusa de sensaciones. La cantidad de estímulos que tienen que manejar en esta fase previa también pone a prueba a aquellos técnicos, padres y familiares que deben gestionar el amparo a su frustración y la mesura de sus euforias. La búsqueda de un equilibrio emocional que no solo le permita expresar sus mejores cualidades futbolísticas, sino que sirva también para convertir su primera gran cita deportiva en toda una lección formativa.

Y es que con eventos como el AF7 queda claro que el deporte encierra muchas enseñanzas.