El Arosa sigue atascado. En Laracha se presentaba la posibilidad de volver a encadenar dos victorias, pero el empate a uno le privó de tal posibilidad si bien cabe reconocer que en el cómputo de méritos los arlequinados fueron superiores a los coruñeses.

Nada se presentaba fácil desde el principio. La ausencia de Julio Rey por esguince de tobillo se vio agravada con la gastroenteritis de Luis García que le obligó a esperar su oportunidad desde el banquillo. Los cambios en el once vinieron marcados por las peculiares condiciones de la reducida maqueta del Municipal larachés y Rafa Sáez optó por la opción de Cristóbal Juncal en el eje de la medular junto a Manu Rodríguez.

No estuvieron nada fluidos los visitantes en la primera parte. Los de Óscar Gilsanz hicieron daño desde el primer minuto. Su plan preestablecido estaba funcionando con la dosis adecuada de intensidad que era el picante que le estaba faltando a su rival, superado prácticamente en cada acción.

Los locales optimizaban sus posesiones con un sentido muy práctico del juego. Y así llegó el 1-0 cuando aún no se había cumplido el primer cuarto de hora de juego. Un balón largo superó la espalda de la línea defensiva para caer a pies de Boedo que resolvió su mano a mano ante la salida de Manu Táboas.

El desastre pudo ser aún mayor. Afortunadamente para los intereses de los de Rafa Sáez Sandá no atinó en su remate cuando ya se cantaba el 2-0 en la grada. Lo cierto es que el partido empezaba a tomar un preocupante cariz para el Arosa hasta que Sylla acudió al rescate. Lo primero que hizo el senegalés es marcarle el camino a sus compañeros a base de intensidad. Fue activo en las disputas y en el trabajo de recuperación y el equipo encontró en su proa el rumbo que debía tomar.

La primera ocasión llegó en una acción de Chiqui en la que llegó forzado al encuentro con Ricardo en su salida. El córner posterior fue el origen del empate a uno. El portero local falló a la hora de blocar y Sylla remató entre un bosque de defensores. El rechace volvió a caer a pies del capitán y su intento en segunda instancia fue desviado por la mano de un defensa. El árbitro no tuvo duda y decretó el penalti que sirvió para que el Sylla intensificase el idilio con el gol que está viviendo esta temporada.

Y cuando más tranquilo parecía el discurrir del partido llegó un nuevo contratiempo para el Arosa en forma de penalti de Suso sobre Iván. Ahí apareció salvador Manu Táboas para detener el golpeo de David García con una muy buena parada.

Al Arosa le tocó en el descanso hacer examen de conciencia. Salió claramente a por el triunfo y el Laracha prefirió ceder la iniciativa buscando una contra definitiva. Ahí se amparó en la omnipresente figura de Kanouté en la medular para minimizar aún más los ya escasísimos espacios sobre el sintético del Municipal.

La perseverancia de los arlequinados fue innegable durante el total de los segundos 45 minutos. El balón rondó continuamente el área local, pero la defensa por acumulación del Laracha no concedió los resquicios necesarios para encontrar el camino del gol. Algo que pudo llegar de decretar el árbitro un penalti sobre Javi Nogueira en el descuento que al final se quedó en un extraño fuera de juego.