El campo de fútbol de A Senra asistió ayer a uno de esos partidos de fútbol que no son fáciles de explicar, y tampoco de olvidar. Y es que tras una primera mitad de control por parte de los dos equipos, de lucha constante e intensa en el centro del campo y con pocas ocasiones claras de gol, pocos podían imaginar que en la segunda parte iban a presenciarse nada menos que siete goles, además de un par de tantos anulados por el colegiado.

Finalmente el Ribadumia perdió también este su segundo partido de Liga, y lo hizo ante un Compostela que acabó venciendo (3-4) después de salir al terreno de juego en los segundos 45 minutos dispuesto a comerse al rival.

Y eso fue lo que hizo, marcando rápido, en el 48, y queriendo rematar la faena en el 51 ante un Ribadumia que había regresado al campo tras pasar por el vestuario completamente dormido, descolocado y, sobre todo, desarbolado por la marcha más que habían decidido meter los santiagueses.

Pero tras ponerse con dos tantos por delante en el marcador, y cuando todo parecía indicar que el castigo iba a ser aún mayor, llegó la reacción del Ribadumia, que tiró de casta para meter el primero en el 54 y que empató la contienda a base de coraje y contragolpe en el 59.

Pero moviéndola rápido, con criterio y verticalidad, otra vez se adelantaron los compostelanos, en el 64. Los locales, pertrechados en su campo, tuvieron la fortuna de volver a empatar solo tres minutos después, posponiéndose el desenlace final hasta el 85, cuando el Compos anotó su cuarto y definitivo gol.

Fue, como queda dicho, un partido de fútbol control en la primera mitad; uno de esos encuentros igualados en los que se ven imprecisiones en el pase y pocas ocasiones claras. Aunque algunas hubo, como la que Cerqueiras mandó cerca del palo en el minuto 17, a la que siguió un penalti claro cometido contra el 7 del Compostela que el árbitro y sus auxiliares no vieron.

El propio Rober, una de las figuras del encuentro, tuvo otra en el 19, con un potente disparo desde fuera del área. Le seguiría una jugada embarullada dentro del área ribadumiense en la que se reclamó otro penalti.

La primera parte era una lucha de poder a poder, pero gris como estaba el cielo en cuanto a efectividad. Pero en el descanso salió el sol, y parece que esto animó a los jugadores, sobre todo a los visitantes.

El primero llegó a los tres minutos de la reanudación con un balón cruzado sin aparente fuerza ni peligro que salió del lateral del área grande para variar su trayectoria tras tocar en uno de los defensas del Ribadumia; mientras que el segundo, apenas un par de minutos después, se produjo tras un mal despeje del portero y posterior desconcierto de la defensa arousana, dejando un balón perdido que supo aprovechar Primo internándose en el área para batir por bajo a Iván Parada en su media salida.

El Compos quería resolver rápido y aprovecharse de un Ribadumia que estaba dormido. Pero supo reaccionar gracias a un gol de cabeza de Santi al saque de un córner.

El lateral, uno de los destacados de la contienda, la picó abajo en el segundo palo sin que nada pudiera hacer Lucas, impotente también en el 59 ante un Hugo Soto que se plantó solo ante el portero tras aprovechar con un buen control orientado un pase en profundidad desde el medio campo que ejecutó magistralmente Gabi, otra de las figuras del encuentro.

Un nuevo error clamoroso del "River" hizo que Primo volviera a marcar, aunque el árbitro se lo anuló sin motivo aparente. Había sido un aviso, ya que pronto llegaría el tercero de los compostelanos, con un tiro cruzado desde fuera del área a cargo de su capitán.

Lo que el público veía y disfrutaba en A Senra -los que no disfrutaban con el correcalles eran los entrenadores- era un partido de ida y vuelta, de presión, rapidez y ocasiones. La balanza se inclinaba del lado de los compostelanos, tanto por goles como por su saber hacer ante un Ribadumia que se defendía como gato panza arriba y que fue capaz de volver a conseguir las tablas en el 67 por mediación de un gran Fran Fandiño.

Incluso pudo ponerse por delante, pero el colegiado no señaló un penalti sobre Hugo Soto que reclamaron los locales en el 73; a lo que siguió un gran disparo del compostelano Tomás detenido por Iván Parada con una espectacular palomita.

Con el Compostela tocando, corriendo, dominando y generando más ocasiones que el Ribadumia solo faltaba el desenlace final: una internada de Tomás que dejó el balón en el centro del área pequeña para que lo rematara cómodo un Rober que llegaba desde atrás.