La suerte no estuvo del lado del Arosa el pasado fin de semana. A la pérdida de los tres puntos ante el Alondras se le unió la lesión de Fran Monroy, jugador que llegó hace menos de un mes a reforzar el juego de ataque del equipo y que se fracturó la clavícula durante el encuentro.

El jugador vigués se sometió ayer a unas pruebas en las que se confirmó la rotura y se le informó sobre la posibilidad de aplicar un tratamiento conservador a la espera de que suelde la articulación en un periodo estimado de un mes, aunque no se descarte más tiempo a la espera de su evolución.

Todavía dolorido tras la caída en el campo de O Morrazo, Monroy recordaba que "fue un balón en largo que disputé con su central. Él se tiró al suelo y yo le salté con la mala suerte que me tocó con su pierna cuando yo estaba en el aire y me desequililbré. Caí tan mal que ya noté que me había roto algo porque notaba mucha presión en la zona".

El estado de ánimo del jugador quedaba de manifiesto en sus palabras, "es una situación muy difícil. Llegué con muchas ganas al equipo y cuando mejor me estaba encontrando me pasa esta lesión. Es mi primera lesión importante y es un momento difícil y complicado porque me estaba sintiendo cada vez más cómodo".

Se trata además de la misma lesión que padeció a comienzos de temporada su compañero Manu Justo. En su caso también se optó por esquivar el quirófano, pero el tiempo de recuperación se fue casi hasta los tres meses.

En lo estrictamente deportivo, el Arosa se ha quedado a cuatro puntos de la zona de play-off. El hecho de no haber ganado como visitante desde el mes de noviembre le está pasando factura a un equipo que no termina de encontrar la regularidad necesaria en sus marcadores.

El hecho de tener que medirse en las próximas tres jornadas a rivales situados todos ellos en zona de descenso, como son el Castro, As Pontes y Dubra, servirá para calibrar la recuperación de los de Jorge Otero de cara a las ocho jornadas de la temporada.