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Ángel dedicándole la victoria a su abuelo Modesto Sánchez Alba en el momento de cruzar la meta. // FDV

ciclismo - Memorial Bruno Neves

La carrera que mereció el abuelo Teto

El corredor cambadés del W52-FC Porto Ángel Sánchez cruza la meta con nostalgia

Ángel Sánchez Rebollido ya ha dado ese golpe en la mesa que puede marcar un punto de inflexión en su incipiente carrera como ciclista profesional. Su primera victoria llegó. Fue en la calurosa tarde del domingo en Portugal con motivo de la octava edición del Memorial Bruno Neves. Allí, en la pequeña localidad de Nogueira do Cravo, el cambadés cruzó triunfante la línea de meta tras 143 kilómetros que habían iniciado en Oliveira de Azemeis.

Pese a lo que se deduce de la ventaja de casi tres minutos sobre su más inmediato perseguidor, el corredor del W52-FC Porto no cruzó solo la línea de meta. La memoria de su abuelo Modesto Sánchez Alba "Teto", fallecido el pasado noviembre, estaba allí con él. La entrada de Ángel levantando el dedo índice al cielo simbolizaba la recogida del testigo y del agradecimiento más profundo a una de las personas que más ha hecho por el desarrollo del ciclismo en Galicia durante más de ocho décadas.

Su primer triunfo como profesional llegó en una de las cinco citas que conforman el calendario de la Taça de Portugal. Reconoce el propio Ángel que antes de iniciar la carrera sus compañeros le animaron a pelear por el triunfo. "Había terreno para mis características. También tenía tramos que se hacía muy dura, pero tenía muchos kilómetros de potencia y de rodar que se me dan bien".

Sobre un circuito de 22 kilómetros fue transcurriendo una clásica en la que Ángel Sánchez pronto adquiriría un papel protagonista. En la primera de las escapadas que se formó ya estaba el cambadés, "fue un primer intento que nos neutralizaron". Pero la carrera no dejó de moverse y el segundo intento de huida sí fructificó.

El portugués Joao Matias, del Supermercados Froiz, fue quien lideró el demarraje. Sobre el kilómetro 50 se levantó del sillín y Ángel, animado por un compañero de equipo, le siguió a su rueda. Un tercer corredor del Liberty Seguros se sumó a la escapada.

Durante más de cuarenta kilómetros la labor de los tres fugados se desarrolló a bloque. Los relevos eran constantes y el interés compartido por abrir brecha respecto al pelotón se mantuvo inalterable, pero a partir del último tercio de carrera pesó más la táctica que llegaba desde los coches de equipo.

Una referencia dada por la dirección de la prueba que descubría cuatro minutos de ventaja sobre el pelotón y de dos minutos sobre un grupo intermedio cambió el sino de la carrera. Reconoce Sánchez que "cada uno empezó a pensar más en lo suyo. Los relevos ya no eran los de antes y me di cuenta que mis compañeros de fuga ya iban dosificando bastante. Pensé que era el momento de arrancar el solitario y así lo hice".

La potencia del corredor del W52-FC Porto le sirvió para abrir prontas diferencias. Los últimos 40 kilómetros los completó en solitario. "Hubo tramos de subida que se me hicieron muy duros, pero pronto pude alcanzar una ventaja de alrededor de tres minutos que fui capaz de mantener hasta la meta".

La apertura de su palmarés como profesional no solo fue la culminación de su progresión como ciclista, sino también la realización de un deseo. Dedicarle una victoria a su abuelo Teto se había convertido en su mayor motivación, "cuando me escapé en solitario solo pensaba en poder dedicarle la victoria a mi abuelo. Es algo que tenía entre ceja y ceja. Ahora espero poder dedicarle muchas más".

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