Atletismo - Campeonato de Europa

La reina de Europa

La gallega Ana Peleteiro conquista su primera medalla de oro en un Europeo al aire libre tras un excepcional concurso en el que se quedó a dos centímetros de su mejor marca de siempre

La gallega, emocionada con su hija tras lograr la medalla de oro.

La gallega, emocionada con su hija tras lograr la medalla de oro. / Instagram

Juan Carlos Álvarez

Juan Carlos Álvarez

Ana Peleteiro sigue tachando casillas de su lista de tareas pendientes. Engorda el palmarés de la triplista gallega mientras crece su ambición de manera desmedida, enfocada en los Juegos Olímpicos de París donde quiere heredar el trono de la doliente Yulimar Rojas.

Ayer en Roma, bajo una ligera lluvia que hizo incómodo el concurso por momentos, conquistó su primer título europeo al aire libre. Tenía uno bajo techo (Glasgow 2019) pero el calado de la victoria de ayer es infinitamente mayor independientemente de que no hubiese rivales de su talla. A 55 días de que la acción arranque en París, poco tiempo después de haber sido madre, Ana Peleteiro muestra un estado de forma luminoso.

Más fuerte, más segura. Ayer firmó la mejor marca de la temporada en Europa (14.85) y se quedó a solo dos centímetros de su mejor salto de toda la vida, un registro que necesitará en París si quiere estar en el podio porque allí será imprescindible saltar por encima de los quince metros para hacer más grande su sueño. Lo sabe y lo busca con la prisa justa.

Ana Peleteiro,
en uno de sus saltos
de ayer.  | // EFE

Ana Peleteiro, en uno de sus saltos de ayer. | // EFE / j.c.alvarez

En Roma, sobre ese peculiar pasillo de salto que han construido sobre una plataforma que impulsa a los atletas y eleva un puntos las marcas, Peleteiro entró enchufada desde el primer momento. Sin entender de aclimatación ni de adaptación al medio, en su primer brinco se fue a los 14,37 que era una marca muy respetable. Y eso que se había dejado un buen trecho en la batida. De ahí pasó al 14,46 metros y luego a 14,52 en una progresión constante e imparable. Apareció por el medio la turca Danismaz para mejorar a Peleteiro y batir el récord de su país con 14,57 metros. Era una pequeña prueba para Peleteiro, pero la gallega, firme siempre en el foso de saltos, autoritaria desde la expresión del rostro a su lenguaje corporal, no dejó lugar a las dudas. Se fue en el cuarto intento a los 14,85 metros para dar por liquidada la final. Ahí se quebró un poco, el gesto serio y mandón dio paso a un amago de llanto que reprimió a los pocos segundos. El oro ya era suyo. Ninguna de las participantes podía soñar con alcanzar a la gallega en lo que restaba de concurso. Hizo un nulo en el quinto salto y un sexto algo corto, ya en medio del festejo. Hoy recibirá su medalla de campeona de Europa y en la hoja de servicios habrá menos cuestiones pendientes.

"Estoy para llegar a los 15 metros"

A la conclusión de la final, Ana Peleteiro no se escondió. Nunca lo hizo. Fijó objetivos y exigencias para los casi dos meses que faltan hasta los Juegos Olímpicos: “Estoy para llegar los 15 metros, pero me falta un poco. Pero lo que he soñado es como está ocurriendo. Si no salió hoy es porque no tenía que salir hoy. Estar hoy aquí es volver a rozar esa Ana, volver a ser competitiva...”, dijo a la conclusión de la competición. “Con 15 metros soy medalla de oro. No quiero más bronces, bueno si me viene lo cojo pero quiero algo más, ya toca”, añadió.

Peleteiro desveló qué fue lo que le dio fuerzas para hacer su segunda mejor marca: “Necesitaba ver a mi niña, la vi en el cuarto salto y me salió. Me llenó de fuerza y sabía que lo tenía. Estaba teniendo un pequeño fallo técnico, me concentré mucho, visualicé y salió, pero no tenía ninguna duda”.

“Todo va bien, ‘tutto bene’. Pero si estuviera al 100% mi entrenador sería un matado. Estoy mejor que nunca, estoy entrenando mejor que nunca, más enfocada que nunca, tomando mejores decisiones que nunca y las cosas salen para quien las persigue”, añadió.

Sobre esas decisiones, puntualizó que se refería “a la hora de delegar”: “Antes de los Juegos dejaré a mi niña tres semanas con mis padres para enfocarme, descansar, que no haya ningún virus... me pasó hace una semana uno y se lo pasé a mi marido. Es una decisión que sé que va a merecer la pena”.La cuenta hacia París continúa.