atletismo - Campeonato de Europa

Ester Navarrete empuja a España al podio

La viguesa, decimotercera en la media maratón, consiguió la medalla de bronce por equipos tras un gran final

Navarrete, segunda por la derecha, celebra la medalla de España a la conclusión de la carrera. A
la izquierda, Navarrete, durante los últimos metros de carrera.  | // EFE/RFEA

Navarrete, segunda por la derecha, celebra la medalla de España a la conclusión de la carrera. A la izquierda, Navarrete, durante los últimos metros de carrera. | // EFE/RFEA

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

En los últimos años todos los caminos parecen llevar a Esther Navarrete (Vigo, 1990) al éxito, y ayer en Roma vivió uno de los grandes momentos de su carrera. La atleta viguesa debutó este domingo en una gran cita internacional absoluta con un sabor de boca casi inmejorable: 13ª clasificada en la media maratón, segunda española y con un papel clave para el que España consiguiese la medalla de bronce por equipos en el Campeonato de Europa. Y es que su cambio de ritmo ejecutado durante los últimos dos kilómetros fue vital para que el trio formado con Laura Luengo y Fátima Ouhaddou arrebataran a Francia la tercera posición colectiva por un solo segundo. En las medallas por equipos se suman los tiempos de las tres primeras y no los puestos como era costumbre, por eso el buen trabajo en el tramo final de las españolas y especialmente de Ester Navarrete resultó capital para que España se subiese al podio ayer al mediodía.

Ester Navarrete empuja a España al podio

Ester Navarrete empuja a España al podio / víctor currás

La increíble historia que vive la fondista desde que replanteó su carrera deportiva tras la maternidad en 2021 encontró el escenario perfecto en la capital italiana. Con salida desde el Foro Imperial, junto al Coliseo, el pequeño pelotón de 70 atletas respiraba aliviado al ver que las nubes hacían acto de presencia y la sensación de bochorno de los días anteriores -con máximas de 33°- se aliviaba. El paso por puntos tan icónicos como Piazza Venezia, Piazza Argentina (donde fue asesinado Julio César), La Piazza Navona o el Castillo de San’t Angello estaba marcado por el característico adoquinado de las calzadas romanas y la escasez de aficionados. Y es que más allá de los incondicionales desplazados desde toda Europa -también desde Vigo- y algún turista despistado, este campeonato pasará a la historia por su falta de público.

En ese contexto Navarrete se enganchó cómodamente al grupo de cabeza y en ningún momento cayó por debajo de la vigésima posición. Midiendo los esfuerzos y con sus compañeras a apenas 5 metros, la viguesa afrontó el circuito a orillas del Tíber, donde la humedad sí era más notable y obliga a tener cuidado con la hidratación. de menos a más.

La cabeza de carrera a nivel individual parecía inalcanzable por la fortaleza de la noruega Grovdal y la rumana Melly, pero el verdadero botín para España estaba en la pelea por equipos. “A lo bajini”, las tres españolas hacían valer su regularidad y estuvieron a menos de un minuto del podio durante la mayor parte de la prueba. Y al no quedar ninguna descolgada, la gesta fue posible en la llegada al Foro Itálico. Melody Julien, la tercera francesa, llevaba un rato sufriendo y cediendo segundos con respecto a sus rivales.

Apenas un segundo separaba a la suma de tiempos de Francia (9ª, 20ª y 28ª) de las españolas a falta de dos kilómetros para la meta. Con energías reservadas y la convicción de que lo tenía en su mano, Navarrete cambió de ritmo para escalar cinco posiciones antes de llegar al Estadio Olímpico. En el tartán azul lograría superar a su compatriota Ouhaddou antes de parar el crono en 1:11:08 horas que si bien no mejoran la marca de su debut en Valencia el pasado octubre, bien valen una medalla continental. Hubo unos instantes de incertidumbre antes de que se oficializase el resultado que le daba a España la medalla de bronce. Su primer gran éxito internacional de una deportista que hace tres años, cuando fue madre, imaginaba que sus mejores días en el atletismo habían pasado. Se equivocaba por completo. Aumentó la distancia y ahí dio con la mejor versión de sí misma. Ester voló en Roma teniendo en cuenta las circunstancias de temperatura y humedad que se encontraron y demostró su gran estado de forma de cara a los Juegos Olímpicos en los que tomará parte en el maratón. Ya lo dijo en la víspera, que solo lamentaba que sus buenos entrenamientos no se pudiesen trasladar a la marca. A esta hora es posible que no le importe demasiado. Ayer una vez concluída la prueba, presa aún del entusiasmo, se asombraba de haber terminado con tanta sensación de fuerza: “Me he encontrado muy bien, con mucha fuerza, yendo de menos a más. Estoy muy contenta con mi actuación y me da todo el ánimo para el siguiente objetivo que son los Juegos”.