Balonmano - División de Honor Plata Masculina

Desde la silla de los sufridores

El Valinox Novás, abismado al drama por una alineación indebida en el derbi alicantino, logra la permanencia gracias a un gol del Villa de Aranda a falta de diez segundos

Pedro Iglesias Aymerich se dispone a lanzar un penalti.

Pedro Iglesias Aymerich se dispone a lanzar un penalti. / Valinox Novás

Armando Álvarez

Armando Álvarez

San Pablo Burgos 31

Lloria, Costa (1), Chan (7), De Souza (1), Espinosa, De Albéniz (3), Manterola (1), Fernández (1), Domingo (3), Gallardo 86), López (3), Linhares (2), Jaime, Rabhi (2), Pedro (1).

Valinox Novás 29

Javi Díaz (1), Santomé, Flores (3), Iglesias (5), Pérez (3), Dacosta (6), Hermida (2), Leiras, Aladino (2), Sánchez (3), Manu Martínez, Gil, Trifkovic, Castro (2), Teixidor (2), Scherbak.

Parciales: 4-2, 7-6, 10-8, 15-9, 17-9, 21-11 (descanso), 24-14, 26-16, 27-16, 29-21, 30-25, 31-29. Árbitros: Alberto Murillo y Pablo García. Excluyeron a los locales Linhares, López y Domingo y a los visitantes Santomé y Teixidor. Incidencias: El Plantío.

Nada más angustioso, en el deporte y en la vida, que entregar tu destino a manos ajenas. Lo sabía Chicho Ibáñez Serrador, aquel genio en el manejo de las emociones, cuando decidió introducir en su “Un, dos, tres...” la figura de los sufridores; concursantes secundarios, confinados al papel de espectadores, que ganaban exactamente el mismo premio que los principales. Al espectáculo aportaban su incertidumbre histérica. Asistían desde su silla, sin influencia alguna, a las decisiones que les podían reportar igual la propiedad de un apartamento en Torrevieja que doscientos neumáticos pinchados. Así se sintió ayer el Valinox Novás. Desahuciados desde bien pronto ante el San Pablo Burgos, la suerte de los rosaleiros se decidió en otras canchas. Y fue en Aranda donde se desveló esa última tarjetita, que Mayra Gómez Kemp hubiera leído con su deje cubano: “La permanencia”.

La trama de esta apasionante clausura había comenzado a escribirse días antes. El Valinox y el Unión Financiera habían concluido la penúltima jornada con el alivio de haber eludido el descenso directo. Una reclamación por alineación indebida en el derbi alicantino trastocó el escenario. El Agustinos pasó de haber perdido 28-19 a ganar 0-10 tras la sentencia de Competición. El caso se ha trasladado a Apelación. El Eon Alicante argumenta que hubo un fallo informático a la hora de inscribir a su portero Lorenzo Poyato, de 19 años. Y que la retirada de los puntos es un castigo desproporcionado, toda vez que el joven entró a falta de tres minutos, con el choque resuelto.

Al Valinox ya no le importa cómo se resolverá el proceso. Sí al Unión Financiera, que ahora ocupa la última plaza de descenso directo que faltaba por repartir –Zamora y Mallorca llevaban semanas condenados–. No es casualidad que gallegos y asturianos fuesen los que ayer perdieron sus encuentros. Asumir ese impacto, sin arte ni parte en el entuerto, los lastró. Nada más más triste que la alegría rota.

Los partidos comenzaron a las 19:00, en resumen, con Agustinos en descenso directo (24 puntos) e Ibiza en play-out (24); Alcobendas (24), Unión Financiera (25) y Valinox (25), al borde de ese abismo. Y todos, midiéndose con rivales ubicados entre el segundo y el quinto puesto salvo el Agustinos con el Antequera; el más indiferente junto al Barcelona Atlétic, que no puede disputar la fase de ascenso. Con el Guadalajara ya en Asobal, se dirimía el papel de anfitrión de esa fase.

Se jugaba en lo próximo y lo distante. Cada gol era un arma de guerra psicológica. Y el Valinox jugó mal sus bazas. Los de César Armán compiten desde la consistencia defensiva. Si flaquean atrás, su juego se tambalea. Solo pudieron aguantar el frenético ritmo propuesto por el Burgos hasta el 7-7. Cegada la conexión con el pivote, el Valinox se descompuso. El 21-11 al descanso emitía el mensaje a otras canchas de que los burgaleses habían asegurado la segunda posición.

Quizá así se explique la súbita distensión del Caserío, que ganaba al descanso de seis en Ciudad Real. En el minuto 43, el Alcobendas ya había igualado. Los madrileños no desaprovecharon esa dinámica para imponerse incluso con solvencia (24-27). También el Agustinos soltaba amarras ante el Antequera (32-27) para completar el milagro iniciado en los despachos.

Aficionados rosaleiros, en El Plantío.

Aficionados rosaleiros, en El Plantío. / Valinox Novás

La sincronización de los partidos ya se había ido quebrando en ese punto. Al Valinox de nada le había servido su digna reacción en la segunda parte. En El Plantío, jugadores, técnicos y doscientos aficionados, todos ellos transformados en sufridores, actualizaban marcadores o se enganchaban al streaming más conveniente de la federación. El desastre pendió sobre ellos. Pero en la ruleta de los duelos más igualados, salió el color por el que necesariamente habían apostado. Los chiquillos del Barça Atlétic exhibieron su calidad ante un Unión Financiera deprimido (28-24). Y el Villa de Aranda, aunque ya no optase a mejorar clasificación, decidió exprimirse ante su público en el único partido aún activo. El Ibiza falló un ataque para sentenciar en superioridad, los locales empataron a falta de diez segundos y los ibicencos precipitaron la última acometida.

Al final, triple empate a 25 puntos entre Valinox, Ibiza y Unión Financiera que sitúa en la gloria celestial a los rosaleiros, envía a los ibicencos al purgatorio y condena a los ovetenses. Jevgenijs Rogonovs se llama el jugador que ayer, cuando se levantó del suelo arandino tras anotar ese 20-20, ignoraba seguramente que se ha convertido en el nuevo héroe de O Rosal.