Taekwondo

Todos los caminos conducen al Seung

Brais González e Yleana Rodríguez, que se han proclamado campeones de España en la modalidad de combate de la categoría máster, tutelan a 130 alumnos en el club radicado en Travesía

Brais e Yleana, con alumnos del Seung.   | // ALBA VILLLAR

Brais e Yleana, con alumnos del Seung. | // ALBA VILLLAR / Armando Álvarez

Armando Álvarez

Armando Álvarez

Brais González disfrutó su infancia de barrio en Travesía y en Travesía sigue. Yleana Rodríguez creció como viguesa y como viguesa ejerce. El taekwondo, aquel descubrimiento temprano, se ha convertido en oficio sin mitigar su fervor. Brais probó otros deportes y regresó. Yleana residió en otras latitudes y aquí está. Él fundó y regenta el CD Seung Sport. Ella lo complementa como instructora. Ambos se han proclamado recientemente campeones de España de la categoría máster en la modalidad de combate. En su club apacientan a 130 alumnos en los que distinguen su misma pasión. Todos los caminos que han tomado han conducido al Seung.

Ya de sus nombres se podrían deducir las coordenadas geográficas que los distancian en nacimiento, aunque coincidan en época. Brais vio la luz en Vigo. Yleana, en Venezuela, aunque de padre gallego. Se trasladaron a Galicia cuando ella tenía cuatro años. A esa misma edad, Brais se inició en el taekwondo. Cerca de su casa impartía clases el añorado maestro Chang Sung I King, tutor de tantas camadas, que falleció hace poco. Yleana se vistió su primer dobok, la indumentaria del taekwondo, con seis. Al principio alternaba con baile y judo. Desde los once se volcó en exclusiva.

Brais, con algunos de los alumnos más jóvenes.

Brais, con algunos de los alumnos más jóvenes. / Cedida

Yleana nunca ha abandonado la práctica de este arte marcial, salvo durante las lesiones que han condicionado su trayectoria. A los 23 años volvió a Venezuela, donde conservaba familia, para edificar una carrera internacional. Se proclamó campeona del país y ya empezaba a asomarse a retos de mayor calado cuando sufrió la triada (rotura de ligamento cruzado, lateral externo y menisco) en la rodilla izquierda. Dos años después repitió desgracia en la derecha.

“Me operé allí y me recuperé, pero dejé de competir”, relata. Aquella estancia, entre 2011 y 2015, concluyó con una nueva mudanza a España, que también se asienta en lo personal. “Para mí, ir de vacaciones a Venezuela era el paraíso. Vivir no lo fue tanto. Ya eres mayor y te das cuenta de otras cosas que cuando eres pequeña no ves”.

Brais desarrolló toda su juventud en Galicia, pero más adicto a la piscina que al tatami. “A natación arrastroume”, explica. “Esixíame algo mais a nivel competitivo. Tiven que deixar o taekwondo”. Lo retomó mientras estudiaba Educación Física en A Coruña. “Cando rematei a carreira volvín a Vigo e ata hoxe”, resume.

El maestro Chang, con un grupo de discípulos. Brais es el cuarto, desde la izquierda, en la fila de abajo.

El maestro Chang, con un grupo de discípulos. Brais es el cuarto, desde la izquierda, en la fila de abajo. / Cedida

Yleana y Brais se conocieron en una visita puntual de ella, durante su periplo venezolano. Fue en el club Area. Él acababa de apuntarse. “Hicimos muy buena amistad desde el principio”, conviene Yleana. Cuando regresó de manera definitiva, Brais y otros ya habían creado el Seung –significa campeón–, inevitablemente en Travesía, como una ramificación especializada en taekwondo del Area, que acogía otros deportes de contacto y que se había disuelto. Brais, profesor además en el Apóstol, declara: “Sempre me gustou a docencia, adestrar cos rapaces”.

Brais dirige en solitario el Seung desde 2016. A Yleana le ofreció el cargo de entrenadora poco después. Ella sentía esa misma inclinación vocacional. Con apenas 16 ayudaba a José Loren en las actividades extraescolares que impartía en los colegios. También dio clases en la Escuela Nacional de Venezuela. “Desde siempre tuve claro que quería dedicarme a esto, independientemente de que tuviese otro trabajo que fuese mi medio de vida: bancaria, camarera... He intentado compaginarlo”. Yleana, licenciada en quiropráctica, ha demostrado talento en casi cualquier actividad. En 2019, en el Mercado de Sabores, la proclamaron mejor tiradora de cerveza de España.

Yleana Rodríguez y Brais González ejecutan una de las técnicas.

Yleana Rodríguez y Brais González ejecutan una de las técnicas. / Alba Villar

“É a miña man dereita. Axúdame en todo”, establece Brais sobre Yleana. Entre los dos se reparten la agenda del Seung. Cuentan con alumnos de los ciclos más avanzados como monitores en las clases externas. “O nivel do taekwondo galego é brillante. En Vigo destacan moitos clubes compañeiros”, analiza Brais. “Cecais hai clubes que se adican moito ó rendemento como na Coruña; máis como un mini CAR. A nós gústanos promocionar os habitos saudables entre os cativos; que coñezan o noso deporte e disfruten, aprendendo os principios que lles inculca o taekwondo”.

Lo cierto es que las selecciones gallegas “arrasan alí onde van”. Y a ese dominio colaboran los dos. Yleana, superada la convalecencia de sus rodillas tronzadas, retomó la competición “pero en técnica; la parte de los pumses y formas, que conocía pero no dominaba. Fue como empezar de cero. Eso me ayudó a asumir que cada uno puede rendir dentro de su condición física y rango de edad, sin compararse con nadie ni con lo que uno fue hace años”. Ese proceso le permitió retomar también el combate: “No me importó no ser tan rápida ni ágil o no sentir la destreza de antes. Yo había tenido reparos y ahora lo hago encantada”.

La Nucia acogió a comienzos de mes el Open Internacional de España. Ylenana, que venía de ser campeona gallega en Cangas, revalió el título que ya había conquistado en 2023. Para Brais, que solía competir más en técnica, ha sido el primer oro. “Da igual lo que lográsemos de jóvenes. Mantenemos la chispa. Me gusta el espíritu máster”, concluye Yleana.