Historias irrepetibles

La “huida” de Blanchflower

El histórico capitán del Tottenham ha sido el único invitado que se negó a participar en el programa “This is your life” de la BBC que durante más de treinta años se emitió en directo

Blanchflower levanta el trofeo de Copa en 1961

Blanchflower levanta el trofeo de Copa en 1961 / FDV

Juan Carlos Álvarez

Juan Carlos Álvarez

Durante varias décadas “This is your life” fue el programa más visto de la BBC. Casi diez millones de personas se sentaban delante del televisor cada semana para seguir el espacio en el que el presentador Eamon Andrews sorprendía a un famoso para repasar con él su vida gracias a la ayuda de un gran libro rojo. El formato siempre era similar. Andrews, con la complicidad de mucha más gente del entorno del invitado, abordaba a un personaje sin que este lo esperase en un lugar cualquiera y en mitad de la conversación sacaba el libro y proclamaba de forma enfática y con mayor o menor sorpresa por parte del invitado que “esta es tu vida”. El famoso era conducido entonces a un teatro en el que le esperaban amigos, familiares, conocidos y se iba haciendo un cariñoso recorrido por su vida. Durante los primeros años de vida del programa se emitía en directo aunque luego se decidió que fuese grabado para evitar las pérdidas de tiempo y las inevitables sorpresas que implicaba un programa con semejante producción. A la audiencia le encantaba el tono amable y divulgativo que tenía un espacio por el que pasó lo más popular de la sociedad británica. Actores, políticos, escritores, deportistas… por allí pasaba tarde o temprano todo el mundo.

Andrews presentó el programa entre 1955 y 1987 con un lapsus de cinco años en el que no se emitió. Sin él como conductor siguió hasta el año 2003 y un total de 1.130 invitados desfilaron por sus cámaras. Solo uno se resistió a la tentación del libro rojo. En febrero de 1961 el equipo que lideraba Andrews tenía decidido que el invitado sería Danny Blanchflower, el mediocentro nacido en Belfast que lideraba al Tottenham y a la selección de Irlanda del Norte. En aquel momento el cuadro londinense era el líder de la Primera División inglesa y sus aficionados soñaban incluso con conquistar por primera vez el doblete ya que se mantenían con vida en la Copa. Los “Spurs” estaban de moda y Blanchflower, capitán del equipo, era uno de los grandes símbolos de aquel equipo junto a Bill Nicholson, el entrenador que había cambiado por completo el rumbo del club.

El cebo para la ocasión fue Angus Mackay, editor de deportes de la BBC, que citó a Blanchflower para hacer una pequeña entrevista para hablar de la situación del Tottenham y de sus posibilidades de conquistar algo impensable. El futbolista accedió sin problemas. Mackay le advirtió de que en la charla estaría presente Andrews, que en alguna ocasión había participado en emisiones deportivas y a quien el jugador irlandés conocía personalmente. De hecho, cuando se lo encontró en el céntrico estudio donde le habían citado, con absoluta naturalidad se pusieron a hablar del último libro escrito por Patrick Campbell. El presentador había escondido el libro rojo debajo de la mesa para sacarlo en el momento indicado con la idea de anunciarle a Blanchflower que estaba allí para participar en “This is your life”. No tuvo tiempo de hacerlo. En un momento de la conversación sobre el Tottenham el presentador le hizo ver que la cámara les estaba grabando por otra razón y justo cuando Andrews se agachó para sacar el libro que tenía escondido el portero había desaparecido. “Cuando me levanté ya no había Blanchflower” escribiría años después el presentador en su biografía. El portero se lanzó hacia la salida del estudio sin que nadie pudiese detenerle. Reclamó su abrigo y salió de la estancia a grandes pasos mientras rogaba que se apartasen de su camino. Ya lejos de las cámaras, ante una última puerta que no podía abrir, Andrews alcanzó a Blanchflower y le explicó que en un teatro muy próximo a donde se encontraban le estaban esperando algunos de sus compañeros, su entrenador actual, su familia, buenos amigos y gente que había viajado desde Irlanda del Norte para acompañarle en ese momento. La respuesta del capitán del Tottenham fue fulminante: “Ese es vuestro problema, yo no he invitado a nadie”. Consciente de que no podría convencerle Andrews y Mackay se lo llevaron, no sin dificultad, a tomar una cerveza a un pub cercano y le ofrecieron el coche que la BBC tenía para llevarle al teatro para devolverle a casa, pero Blanchflower, ante el temor de que encerrase alguna otra sorpresa, se negó. “Puedo coger el metro”, les dijo. Y así regresó a una casa vacía porque tenía a su familia esperándole en otro lugar. El presentador, aún desconcertado, se dirigió entonces al teatro y allí explicó a todos sus “cómplices” que por primera vez el plan había salido mal y que no habría programa ni repaso a los diferentes capítulos del libro rojo.

“Volvería a hacer lo mismo si me encuentro en las mismas circunstancias”

Blanchflower quedó para la historia como el único que se atrevió a plantar al programa más famoso de la BBC. El escritor Richard Gordon se negó también, pero fue persuadido y tras una larga negociación acabó subiéndose al coche que lo condujo hasta el teatro. Bastantes años después Blanchflower se refirió al caso a preguntas para un libro que se escribió sobre la vida y la trayectoria de Eamon Andrews. El portero admitió que se sintió molesto desde el principio porque tenía la impresión de que había demasiada gente confabulada a su alrededor, que no se había vestido para la ocasión y, lo más importante, que nunca le interesó demasiado repasar en público su vida: “Volvería a hacer lo mismo si me encuentro en las mismas circunstancias”, sentenció.

La verdad es que Danny Blanchflower tenía bastante que contar en aquel programa si así lo hubiese querido. Con 35 años todo hacía pensar que estaba en el tramo final de una carrera brillante en la que, además de la de Irlanda del Norte, defendió las camisetas del Glentoran irlandés, del Barnsley, del Aston Vila y del Tottenhan, que le había fichado en 1954 con casi treinta años. Era aprendiz de electricista cuando el fútbol comenzó a ocupar su vida y demostró su compromiso en la Segunda Guerra Mundial al falsear su edad para ingresar en 1943 en la RAF, el ejército del aire británico. No llegó a entrar en combate porque fue desmovilizado poco antes de completar su formación. A partir de ese momento ya solo existió el fútbol. Su tiempo en el Tottenham no fue sencillo por las diferencias que tuvo en las primeras temporadas con el entrenador Jimmy Anderson que llegó a quitarle la capitanía tras una semifinal de Copa perdida en Wembley. Blanchflower estuvo a punto de dejar el cuadro londinense en aquellos momentos de máxima tensión. Además, con más de treinta años, sospechaba que sería uno de tantos futbolistas a quienes la gloria les pasa siempre de largo. La llegada de Nicholson al banquillo serenó las aguas en White Hart Lane y pronto el mediocentro recuperó el brazalete y el mando en plaza. La llegada al equipo de David Mackay, John White, Les Allen y del portero Bill Brown elevó sus posibilidades y estuvo a punto de darles la Liga de 1960. Fue solo el aviso de lo que vendría después.

El Tottenham arrancó la siguiente temporada como un ciclón y en Inglaterra se convirtieron en los grandes protagonistas del campeonato. De ahí que en “This is your life” decidieran que era buena idea invitar al programa a su capitán, un tipo de 35 que estaba cerca de tocar el cielo. Aunque el presentador Eamon Andrews llegó a temer que aquella mala experiencia hubiese podido “gafar” al conjunto de Londres, nada de eso sucedió.

El Tottenham mantuvo aquel año la velocidad de crucero y a falta de varias jornadas se coronó como campeón de Liga, el segundo título de su historia después del conseguido diez años atrás. Les faltaba poner la guinda en la final de Copa que les enfrentaba al Leicester en Wembley. Allí no hubo partido porque el Tottenham gobernó la final con enorme autoridad y los goles de Terry Dyson y Bobby Smith sentenciaron el duelo. Esa tarde del 6 de mayo de 1961 Danny Blanchflower ascendió en primera posición los 39 escalones que conducían al palco del viejo Wembley para recibir de manos de la Duquesa de Kent el trofeo de campeón de Copa. La primera y única vez que se vería en una situación como ésa

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